El Consejo Nacional de Patrimonio Histórico ha decidido que España proponga a la Unesco el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad de la cueva de Risco Caído, un yacimiento prehispánico que durante siglos marcó el calendario y el paso de las estaciones en la cumbre de Gran Canaria.
Esta cueva artificial, que fue empleada como pajar tras caer en el olvido, hasta que se redescubrió su auténtico valor arqueológico y astronómico, es el estandarte de una candidatura más amplia, que también incluye a las llamadas 'Montañas Sagradas de Gran Canaria', un conjunto de yacimientos arqueológicos de los antiguos canarios repartidos por los municipios de Artenara, Tejeda, Agaete y Gáldar.
En un receso de la reunión que celebra este lunes en Las Palmas de Gran Canaria el Consejo Nacional de Patrimonio, el director general de Bellas Artes del Ministerio de Educación y Cultura, Luis Lafuente, ha anunciado que España no solo hace suya la candidatura de "Risco caído y las Montañas Sagradas", sino que la presentará de inmediato ante la Unesco como un ejemplo de buenas prácticas en este campo.
La cueva, excavada en roca volcánica, tiene una pequeña claraboya en su bóveda por la que se cuelan la luz del sol y de la luna, provocando un haz que se proyecta sobre sus paredes.
Solo en el solsticio de verano, las primeras luces del día recorren las paredes de lado a lado, pasando por una serie de muescas con forma de triángulos púbicos que los arqueólogos relacionan con símbolos de la fertilidad. Y lo mismo ocurre en el solsticio de invierno con la luz de la luna llena.