Budapest está excelentemente conectada a través de su aeropuerto internacional. Conviene aprovechar las ofertas de las aerolíneas para disfrutar de una ciudad vibrante que alberga actos culturales, patrimonio, buena gastronomía y tiendas de diseño.
Recorriendo Budapest
El edificio del Parlamento y la plaza Kossuth es un punto emblemático en el que podemos empezar un recorrido por la capital de Hungría. Si nos organizamos bien, podremos llegar a tiempo para ver el cambio de guardia. Pero no olvidemos visitar la otra orilla del Danubio, donde encontramos el impresionante Castillo de Buda y el Bastión de los Pescadores, parada imprescindible en nuestro itinerario.
Otro de los atractivos turísticos de la ciudad son sus hermosos puentes, que atraviesan el Danubio. Entre ellos destacan el Puente de la Libertad o el Puente de Margarita.
La plaza de los Héroes es testigo del famoso pasado de Hungría y forma una gran extensión muy apreciada siempre por los viajeros y los skaters locales. También es un centro cultural, rodeado por dos museos de fama internacional.
La avenida Andrássy recorre un tramo del centro de Budapest desde la plaza de los Héroes. Avenidas como esta constituyen un atractivo especial para callejear contemplando la historia de Budapest, la unión de Buda y Pest, las antiguas ciudades originarias.
El Teatro Nacional y, su institución cultural hermana, el Müpa –el Palacio de las Artes– son un claro ejemplo de cómo la modernidad se ha integrado en el paisaje fluvial de Budapest. Durante el otoño, es momento ideal para disfrutar de los conciertos y de algunos de los espectáculos de fama internacional que se celebran en este rincón del planeta.
Este año se han inaugurado edificios que ya son parte del panorama cultural de Budapest como la Casa de La Música y el Museo Etnográfico, y bien merecen una visita pues no dejarán indiferente a ningún viajero.
Además, desde noviembre, no dejes de visitar el mercadillo de Navidad frente a la Iglesia de San Esteban que ha sido recientemente nombrado como el mejor mercadillo de Navidad de Europa.
Budapest, ciudad de baños y balnearios llenos de historia
Visitar Budapest equivale a disfrutar de los históricos baños públicos donde locales y viajeros disfrutan de las propiedades de sus aguas medicinales. La mayoría de los baños se ubican en algún majestuoso monumento centenario.
Algunos, en sí mismos, son una maravilla arquitectónica, siguiendo el diseño otomano original con la piscina octogonal debajo de la clásica cúpula que permite que los rayos de la luz natural se reflejan en la superficie del agua. En Budapest, donde el turismo de spa floreció ya en el siglo XIX, gracias a los movimientos arquitectónicos, como por ejemplo, el Modernismo, se construyeron edificios extraordinarios.
La cocina de Budapest, más allá del Goulash
La cocina húngara es internacionalmente conocida, cargada de matices y con sabores que transitan entre el dulce y el salado. Las sopas son imprescindibles en la cotidianeidad de esta ciudad, la de pescado, el tradicional goulash y el potaje de judías son recomendaciones para percibir los sabores que se subliman en los guisos con pimentón y la col rellena. Para los postres, no debemos despreciar nunca un trozo de pastel Dobos o el dulce Rigó Jancsi.
Las vinotecas de Hungría son poco conocidas para los españoles pero muy apreciadas. Hungría abunda en áreas geográficas que son excelentes para cultivar viñas suculentas y, cuando se añade el duro trabajo de enólogos dedicados y entusiastas, no es de extrañar que el resultado sea un vino magnífico. Prácticamente, donde vayamos, los viajeros podremos probar las especialidades de vinos locales: las regiones vinícolas de Eger, Badacsony, o Bükk son algunos de los enclaves del enoturismo.
Hungría, un país lleno de música
Hungría es una tierra de festivales musicales. Propuestas culturales de todos los estilos. Desde la electrónica, al jazz pasando por la ópera y por la música tradicional húngara. El Festival Sziget es uno de los más conocidos de Europa y uno de los más populares del mundo, tras su estreno en 1993. Durante décadas, la antigua isla de los estudiantes ha mejorado su posicionamiento en el panorama de festivales culturales y ha atraído a miles de visitantes.
También es muy popular el festival Székesfehérvár, que tiene una sonoridad más cercana al rock o al heavy metal, pero sin renunciar al pop. Hungría es también un lugar vinculado a la música electrónica con festivales referentes como el Balaton Sound.
La majestuosidad de la arquitectura de Hungría se traslada también a los mejores auditorios y escenarios de la música clásica. El Festival Internacional de Ópera de Miskolc atrae a los mejores intérpretes del mundo para una cita en la que cuesta conseguir entradas si no se reserva con anticipación. Kaposfest, el Festival Internacional de Música de Cámara de Kaposvár, se ha hecho tan famoso en la música clásica como Sziget ha hecho lo propio en la música popular. Los organizadores experimentan con géneros e intérpretes para popularizar la música clásica entre niños. El Festival de Música de Viento del Castillo de Sàrvár es espectacular no sólo por su programación. Lo más llamativo es el lugar en el que se celebran los conciertos, una construcción pentagonal del siglo XVI.
Los intérpretes de música folclórica y del mundo también actúan cada año en numerosos festivales. El Festival Béla Halmos se celebra entre los muros del castillo de Gyula, en honor al destacado músico folclórico e investigador de la música folclórica húngara. Además, el jazz sigue en auge en Hungría. El Picnic de Jazz de Paloznak, las Jornadas de Vino y Jazz de Debrecen, el Festival Internacional de Jazz Louis Armstrong en el lago Banki, el Festival de Jazz Szent Marton de Pannonhalma y el Festival de Jazz de Ujbuda son eventos internacionales de gran prestigio.
Cultura, gastronomía, baños termales y mucha música es lo que encontrarás en Budapest para vivir un otoño fascinante.
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