Alfredo Martínez

El daño que le está haciendo a la imagen de nuestro fútbol, la televisión del Real Madrid es considerable. Sus virulentos ataques, reincidentes, constantes y permanentes a cada árbitro que dirige los partidos del Real Madrid no hacen más que desestabilizar no solo al colectivo arbitral, incluso dicen que a los propios jugadores del Real Madrid y por supuesto a los rivales. Todo ello crispa considerablemente el ambiente de nuestro fútbol y empeora el, ya de por sí, tenso ambiente que existe en la liga española. Es el canal de un equipo de fútbol, un canal privado que bien haría en jalear y animar a los suyos por encima de vilipendiar y atacar rivales y al colectivo arbitral. Y todo ello lo hace con la connivencia y el consentimiento más absoluto incluso posiblemente la directriz del propio club. Nadie de la cúpula Blanca ha criticado en ningún momento ni ha puesto freno y coto a estos constantes ataques que se llevan produciendo durante toda la temporada.

El Girona ganó con claridad al Rayo vallecano en el último partido de la jornada y mantuvo la segunda plaza con una distancia de dos puntos con respecto al Barcelona. Recuperó la senda del triunfo que había perdido en las últimas semanas y que le complicaba ya no solo la lucha por el título, sino agarrarse a la segunda plaza y por supuesto, irse, garantizando una plaza en liga de campeones, que pasa por ser de lo más importante para el conjunto de Montilivi en la presente temporada.

No se puede negar que el fin de semana en líneas generales para el Barcelona fue bastante positivo, en cuanto a la sensaciones y resultados se refiere.

El Barcelona parece haber encadenado una de rachas buenas de la temporada en la que la confianza y los resultados ayudan a ir creciendo y mantener una dinámica positiva en los partidos.

Ligera mejoría experimentada por el Barcelona en el partido de ida de la eliminatoria octavos de final de liga de campeones frente al equipo italiano del Nápoles.

El Barcelona vuelve a citarse con una eliminatoria europea de liga de campeones, casi tres años después, y tras no haber superado en dos temporadas la liguilla de Champions.