Alfredo Martínez

La verdadera Champions se juega en los últimos partidos, donde compiten los grandes y donde buscan el título, los equipos con más aspiraciones de conseguir el título.

La forma en la que está terminando la temporada el Barcelona, con el riesgo de poder perder, incluso el segundo puesto y la imagen de impotencia y de falta de carácter ganador que exhibió en la recta final del partido ante el Girona, en la que fue barrido literalmente y pasado por encima por su rival invita a una profunda reflexión que se está produciendo en el club y que hace pensar que lo que en principio habrían sido un par de retoques importantes, necesarios para darle un salto de calidad al equipo, sean insuficientes y haga falta una mayor revolución y más cambios de los previstos en una plantilla en la que muchos jugadores, más de la cuenta, han demostrado no estar a la altura de las circunstancias.

El inesperado y duro traspiés del pasado sábado en Girona, deja señalados prácticamente a todos los estamentos del club, sin excepción.

El apasionante choque por la segunda plaza de la liga de mañana en Montilivi, será además de un duelo directo entre el segundo y el tercer clasificado, entre los dos mejores equipos catalanes del momento, entre la revelación de liga y el todavía campeón, un duelo directo entre dos entrenadores de un estilo muy similar y con un concepto futbolístico de juego de ataque.

Se ha convertido el partido de Montilivi el próximo sábado en una auténtica prueba de exigencia para el Barcelona, de aquí a final de temporada.

Tras la victoria del Real Madrid, el pasado viernes ante la Real Sociedad en San Sebastián, liga, se ha convertido ya en algo intrascendente para el resto de los equipos.