Alfredo Martínez

Tras los malos resultados de la semana negra tanto en Europa como en la liga frente al inter de Milán y el Real Madrid y el discreto rendimiento de algunos titulares indiscutibles e incluso las decisiones tomadas sobre quien debía jugar o no y el planteamiento del equipo, la pelota está indiscutiblemente en el tejado de Xavi, es el momento de tomar decisiones importantes.

En apenas una semana parece haberse tirado por la borda lo que se había comenzado a gestar este verano y tenía visos de ser algo atractivo . Un proyecto consistente, con un buen entrenador y nuevos e ilusionantes fichajes que armaban una plantilla altamente competitiva.

Es evidente que después del mazazo que supuso el empate frente al Inter de Milán y quedar prácticamente a las puertas de la eliminación europea en la mayor competición continental no se dan las circunstancias ideales para enfrentarse al Real Madrid en el gran clásico del fútbol español el próximo domingo.

Mediados del mes de octubre y el Barcelona está ya virtualmente eliminado de la liga de campeones. Cada vez más cruel y cada vez antes.

Los calendarios del mundo del fútbol nos están acostumbrando a vivir partidos de gran trascendencia muy pronto y durante casi toda la temporada. El cercano mundial ha provocado que la liguilla de Champions se condense y apenas poco más de un mes del comienzo de la temporada se estén jugando ya partidos a vida o muerte, absolutamente decisivos, para la supervivencia en Europa.

Buen resultado, mal partido. El Barcelona salvó los muebles ante el Celta de Vigo pidiendo la hora en los últimos minutos encerrados y sufriendo lo indecible para hacer valer el gol de Pedri en un aceptable primera parte. El partido tuvo dos tiempos muy pero que muy diferenciados, en el primero alegría y frescura en el juego Barcelonista, en el segundo desesperación descolocación y exposición arriesgada ante un rival que tuvo el empate muy cerca.