Alfredo Martínez

Una de las situaciones abiertas en el Barcelona en este mercado invernal ha sido la no salida de Ousmane Dembélé con el consiguiente trastorno para el equipo. Tanto el presidente Laporta como el director de fútbol Mateu Alemany fueron rotundos a la hora de decir que Dembélé debería salir sí o sí del club por su falta de compromiso.

Todo lo que ahora no sea que no juegue dejaría en dudosa situación a los dos máximos mandatarios del área deportiva del club. La decisión se tomó en base al compromiso con el equipo y anteponiendo a los intereses deportivos tanto la disciplina como los intereses del club.

Además estaba el papel que tenía que desempeñar el entrenador Xavi Hernández quien en un primer momento como ex futbolista dejó bastante claro que mientras tuviera sus órdenes al delantero francés no le mandaría la grada.

Pero eso fue una semana antes de que el director de fútbol se mostrará tan contundente y rotundo con respecto a la continuidad de Dembélé.

La patata caliente pasó al entrenador que tuvo que desdecirse y adoptar la postura del club anteponiendo sus intereses y desconvocando el jugador para el partido es tan importantes como la eliminatoria del Copa frente al Athletic de Bilbao que tan caro le costó al Barça. Xavi fue intransigente y no se dio a pesar de la importancia del jugador y de los partidos que estaban en juego.

Demostró ser un técnico de Club saliendo perjudicado claramente. Pero todo eso es pasado una vez que se ha cerrado el mercado y que la situación es la que es, el Barcelona debe replantearse si desaprovechar el jugador de aquí a final de temporada con lo que implica tanto para la imagen como incluso para los intereses deportivos o si le pasa la responsabilidad al entrenador que al fin y al cabo es quien tiene que tomar las decisiones deportivas.

Habrá quien lo vea como una pérdida de autoridad de presidente y director deportivo y habrá quien crea que es una decisión inteligente utilizar a un jugador mientras estás pagando y pertenece a tu club.

Yo, que soy pragmático por naturaleza utilizaría Dembélé. El mal ya está hecho. La situación ya es irreversible en cuanto a su marcha. Y tienes que pagarle.

Qué mejor manera de amortizar lo que utilizarlo porque sabes que te puede ser útil ayudar a conseguir los objetivos finales. Nunca lo sabremos pero a lo mejor el empujón final de Dembélé puede ser decisivo para conseguir la clasificación Champions.

Se imaginan que por no usarle el Barcelona se quedan las puertas de su objetivo?

Terminó el agotador mercado de invierno para el Fútbol Club Barcelona.

Es lo que tiene vivir una situación convulsa en un club como el Fútbol Club Barcelona. En los últimos tiempos nos estamos acostumbrando a que, mercado tras mercado, y ventana de fichajes tras ventana de fichajes el Barcelona se convierta en el gran protagonista de todas las situaciones y lo que es peor haciendo los deberes a última hora en el último momento.

La precaria situación económica de la entidad obliga a tomar medidas de urgencia soluciones drásticas y buscar oportunidades de mercado muy lejos de aquella situación de previsión y de categoría de los futbolistas donde para llegar al Barcelona había que tener un mínimo exigible. Todo eso ha cambiado y ha cambiado mucho para peor.

Cuando acudes al mercado a la desesperada normalmente tienes mayores riesgos de equivocarte y además no es una ver grandes oportunidades en el mercado.

Y en esas está hasta última hora, hasta el último momento y a la desesperada el Barcelona intentando confeccionar una plantilla a la altura de las expectativas y las necesidades de su entrenador Xavi Hernández.

La no continuidad de Ousmane Dembélé es fundamental para la viabilidad económica del equipo y para los refuerzos que llegan y es triste ver como el Barcelona está pendiente simplemente de un jugador díscolo que nunca se adaptó y que ha generado muchísimos más problemas que las ventajas que su fichaje podía haber traído. Dembélé tiene la sartén por el mango y no da la sensación de que vaya ayudar en demasía el daño ya está hecho incluso por la imagen del club pero en cualquier caso habrá que esperar hasta el último momento para ver si se desencalle a la situación y el Barcelona sale cuando menos relativamente reforzado de esta ventana de fichajes.

La opción de traer futbolistas como Aubameyang, antaño un grandísimo delantero y que podría aportar experiencia y calidad, taparía un poco el pequeño agujero que generaría la ausencia de Dembélé y junto con el resto de incorporaciones harían que el plantel con el que disputaría la recta final del campeonato el Barcelona tuviera cuando menos visos de mejorar lo que ha hecho hasta ahora y ya acercarse a los objetivos de mínimos que existen de aquí al mes de junio como es por supuestísimo meterse entre los cuatro primeros clasificados en la liga para luchar la temporada que viene en la liga de campeones.

Todo esto en el argot que se utiliza actualmente en el Barcelona es lo que hay la precaria situación económica obliga a ingeniería financiera imaginativa y a situaciones casi casi rocambolescas del Barcelona que conocimos. A las 12:00 de la noche vamos a ver qué es lo que ocurre y si el balance final ha sido lo suficientemente satisfactorio como para ilusionar algo a la parroquia Azulgrana, que buena falta le hace.

Vuelve Adama Traoré siete años después de salir vendido al Aston Villa por 10 M € cuando se estaba quedando en una promesa. Un jugador muy explosivo y rápido pero solo una promesa.

Entonces la competencia en la delantera del Barcelona era feroz y la titularidad era apta solo para cracks mundiales como Messi-Luis Suarez o Neymar. Ese era el nivel. Y esa exigencia hacía que algunos buenos talentos, que en otras circunstancias hubieran tenido opciones de jugar, en esta situación se veían abocados a buscarse una salida en clubes con menos competencia arriba.

Adama fue uno de esos jugadores jóvenes. Un extremo que prometía maneras y daba algo diferente , una velocidad inusual y un desborde muy interesante.

Pero ya por aquel entonces apuntaba a que no sería el crack mundial que prometía Antes. Podría ser un buen futbolista como está demostrando ahora.

Su físico cambio en Inglaterra de forma espectacular, casi increíble, y del menudito futbolista catalán pasamos al corpulento extremo de la Premier que asombra por sus impresionantes extremidades.

Ya ha demostrado tener un sitio en la élite. De hecho el seleccionador nacional Luis Enrique, ha contado con él en varias convocatorias de la absoluta y le ha utilizado con frecuencia.

Es un buen extremo, no lo podemos negar, y a buen seguro que en ausencia de Dembelé sumará para el grupo y le dará ese desequilibrio en bandas tan necesario y que tantas veces ha echado en falta el Barcelona.

Otra cosa es si en otras circunstancias económicas e institucionales y con el FairPlay financiero ahogando al club sería Adama la opción elegida. Yo creo que no. Tendrá tiempo para demostrarlo en los próximos 6 meses y ver si merece la pena ejercer la opción de compra.

En principio todos ganan. El jugador que regresa al club en el que se formó , un club que es más grande y de proyección del que estaba. El Barcelona, que adquiere a un bajo coste a un futbolista desequilibraste y que vendrá a ayudar a los objetivos de aquí a final de temporada. Los Wolves donde no jugaba mucho y tenía una ficha que mantener , con la opción de hacer una buena venta si se ejerce la opción d e compra al final de la cesión y Mendes, sobre todo Jorge Mendes que es el que siempre gana.

El presidente de la FIFA, Infantino quiere conseguir celebrar el Mundial de fútbol cada dos años. Si, y no parece una broma. Como el calendario ya de por sí no está poco comprimido y complicado y casi sin fechas para jugar todas las competiciones que hay, agravado por las suspensiones por COVID, el máximo mandatario del fútbol mundial pretende complicarlo aún más.

Primero por lógica no parece que haya muchas fechas para el mismo. Cargar todos los veranos de competiciones internacionales a los mejores jugadores del mundo es exprimirles más y posiblemente hacerles bajar el rendimiento en muchas de las competiciones. Tendrían que dosificarse en muchos partidos para poder estar a punto en el momento clave de las competiciones , con lo que significaría de pequeño fraude para los aficionados. Porque es imposible que los futbolistas estén En plenitud todo el año y competan al cien por cien en todos los partidos. Los buenos jugadores son necesarios casi siempre y eso les haría ser los más sacrificados.

Además no entiendo que beneficio puede tener un mundial cada dos años. Ya lo disfrutamos y le damos el rango de importancia que tiene por ser cada cuatro años. Eso le da más realce, las jornadas de liga se disputan cada semana y por eso son más rutinarias. Jugar un Mundial o competir en unos Juegos Olímpicos cada cuatro años tiene u reconocimiento. Solo lo disputan los elegidos o unos cuantos privilegiados. Ganar un Mundial solo lo consiguen un grupo de elegidos y que deben esperar cuatro años a llegar en plenitud de forma y de su carrera para coronarla con un brillante torneo que pocos pueden presumir de tener en su palmarés.

Además existiría el agravia con la historia. Se han disputado casi una veintena de Mundiales, algunos en unas condiciones políticas y sociales complicadísimas como para que de golpe y cada dos años se equipare el título moderno con. Los difíciles del pasado. Definitivamente no.

Además entiendo que esto solo tiene un objetivo, el económico, que la FIFA, con los recursos de los equipos de fútbol que son quienes pagan y mantienen a los futbolistas de élite, se aproveche más veces y más tiempo de las estrellas para generar importantes beneficios para ellos. Ese es el claro fin último de la idea que pretende plasmar Infantino.

A las federaciones nacionales ya les va bien. Les permite también ganar más dinero por participar y por los partidos que genera la clasificación, insisto, siempre a costa de los clubes, que algo deberían tener que decir en todo esto, imagino.

Muchos más contras que pros en esa decisión que tendría como positivo era a las mejores selecciones del mundo competir frente a frente cada dos años pero, ¿A qué precio?

La presencia de Leo Messi en Barcelona nunca puede pasar desapercibida. Por lo que ha representado o representa para la imagen del Barcelona, por su tormentosa salida y porque en Paris la vida en el PSG no está siendo tan idílica como la que vivió a orillas del mediterráneo .

Messi aprovechó el parón de las ligas y el descanso que le concedió su seleccionador para ir al lugar donde él y su familia se sienten más cómodos, a la Ciudad Condal.

Y Messi como cualquier persona aprovecha sus momentos de descanso para juntarse y cenar con sus amigos. Y entre sus amigos más cercanos están sus excompañeros de equipo Sergio Busquets y Jordi Alba, que además son dos de los capitanes del actual Barcelona.

Nada extraño debe verse en esa reunión, al contrario, parece de lo más lógico. Inofensiva . Si hubiera algo que tapar era tan sencillo como citarse en casa de alguno de los tres mencionados para que nadie se enterara.

Eso si , las primeras informaciones indicaban que otro de los comensales sentados a esa mesa era , ni más ni menos , que el actual entrenador del equipo Xavi Hernández , con todo lo morboso que suponía y de especulación.

Que Xavi y Messi tienen una buena relación es público y notorio pero en la condición de jugador del PSG y entrenador la situación es distinta . De igual manera que no parecería muy lógico que se sentaran a la mesa sólo dos de los capitanes de la plantilla con su entrenador en lo que podría parecer un claro trato de favor .

Hizo bien Xavi en acallar esos rumores que no le benefician en nada y que pueden dejar sombra de dudas, y más con dos jugadores criticados por un sector de la afición en los últimos tiempos.

Lo que no parece bien es mejor evitarlo.

Además de todo ello dejar entrever que esto acercaría a Messi al Barcelona escasos meses después de su salida tampoco tiene ninguna base. El encuentro tiene su morbo pero no le busquemos tres pues al Gato. Messi solo ceno con un par de amigos, como hacemos normalmente usted y yo.