Elena Gijón

Ni los empresarios, ni Europa nos auguran buenas perspectivas para el empleo. Ni siquiera el Gobierno pronostica cifras boyantes. Así que cabía esperar que la ministra de trabajo Yolanda Díaz, de la división de Podemos en el ejecutivo, nos ofreciera esta mañana unas cuantas propuestas solidarias para revertir la situación y empezar a crear puestos de trabajo. Nos hemos quedado con las ganas. Su empeño está en revertir la reforma laboral e inspeccionar más, por ejemplo, a los autónomos.

Está de enhorabuena el nacionalismo vasco. Hoy tiene firmado su demanda histórica... un calendario de cuándo le van a transferir la gestión económica de la Seguridad Social. No han parado de decir durante toda la mañana que no se rompe la caja única de la Seguridad Social. Y en esta ocasión tanto el gobierno como los nacionalistas dicen la verdad. La caja sigue siendo única. La pagamos todos los españoles, incluidas las pensiones de Euskadi, aunque el dinero, lo manejen ellos.

Ábalos está encantado de que se guarden los vídeos de Barajas en el que se grabó el encuentro con Delcy Rodríguez.Pablo Iglesias se reitera orgulloso de pedir a los agricultores que presionen. Pedro Sánchez se jacta de encabezar el diálogo con Cataluña y convoca reunión el lunes. Oigan, pues si tan orgullosos están, si no hay nada que ocultar.... ahórrennos tiempo y vayamos al grano. Que el ministro Ábalos nos cuente lo que pasó sin que una juez tenga que ordenar no borrar las cintas de seguridad del aeropuerto, que Pablo Iglesias traslade a los agricultores que solución les va a dar el gobierno que vicepreside y que Pedro Sánchez garantice que no cederá en esa mesa con Cataluña nada que comprometa a España como país.

El Gobierno ha comenzado a aplicar su hoja de ruta tributaria que pasa por la subida de impuestos para pagar, entre otras cosas, la ambiciosa agenda social que se han marcado. La lista ha comenzado con un impuesto a las transacciones financieras y otro a los servicios digitales. Pero este sólo es el comienzo del camino de un programa de Gobierno que tiene que pagar con más recaudación todas las promesas que hicieron para seducir a los votantes.

Era lo que le faltaba a las pobres arcas catalanas. No tienen bastante con un gobierno que no gobierna, con un ejecutivo que deja marchar empresas empeñado en la quimera de la independencia.

Enero, en términos de empleo ha sido un mes malo sin contemplaciones. Se destruyeron 244.000 empleos que es la mitad de los puestos de trabajo que se crearon en todo el año 2019. Que si la coyuntura, que si la situación internacional, que si el ambiente. Mil excusas para contarnos por qué cada vez más gente no encuentra un trabajo. Por no hablar de que en el campo se destruyeron 15.000 empleos cuando la media de los últimos años en este mes es que desaparecen 1.000 puestos. Y se apresuran a decir que la subida del SMI no tiene nada que ver. Cuando se ofrecen excusas sin pedirlas, malo.