Fernando Ónega

Parece evidente que, si hay un gobernante censurable en España, ese gobernante es Quim Torra. Un señor que se dedica más a agitar que a gobernar, que está en constante desafío al Estado y que defiende a presuntos fabricantes de explosivos merece una moción de censura como una catedral. Ahora bien: una iniciativa de esa solemnidad requiere algo más que una presentación. Requiere un clima social de expectativas de la candidata. Requiere no reforzar al censurado.

Parece evidente que, si hay un gobernante censurable en España, ese gobernante es Quim Torra. Un señor que se dedica más a agitar que a gobernar, que está en constante desafío al Estado y que defiende a presuntos fabricantes de explosivos merece una moción de censura como una catedral. Ahora bien: una iniciativa de esa solemnidad requiere algo más que una presentación. Requiere un clima social de expectativas de la candidata. Requiere no reforzar al censurado.

Fernando Ónega dirige su carta, en La brújula, a Pepe Oneto. El periodista ha fallecido este lunes a los 77 años en San Sebastián, y Ónega ha querido recordarle: "Me deja la tristeza incrustada en el alma; y a este país, sin un referente, sin un innovador, sin un luchador por la libertad".

El político que no sienta pánico ante una oleada de encuestas que le anuncian una caída electoral, una de dos: o miente o no es político. Empezando por el propio Sánchez, que no es el mismo ante estas elecciones que en las de abril. Y siguiendo por Pablo Casado, cuyo viraje a la moderación viene inspirado o forzado por el batacazo también de abril.

El político que no sienta pánico ante una oleada de encuestas que le anuncian una caída electoral, una de dos: o miente o no es político. Empezando por el propio Sánchez, que no es el mismo ante estas elecciones que en las de abril. Y siguiendo por Pablo Casado, cuyo viraje a la moderación viene inspirado o forzado por el batacazo también de abril.

Supongo que un periodista no debe alentar nunca una protesta social ni territorial. Pero hoy quiero hacerlo. Quiero hacerlo, porque esos cinco minutos de paro y concentraciones deberían ser un grito de la España Vacía o Vaciada que se oyera en toda España y en todas las instituciones.