Fernando Ónega

Una cosa no quita la otra. Aznar y González pueden hacer un diagnóstico correcto y, además, tener un altísimo concepto de sí mismos, que lo tienen, y qué diablos: además se lo merecen. Los ecos de sus palabras muestran muy bien cómo está nuestro país: ambos dirigentes iban a hablar y supongo que hablaron de un tema sustancial del futuro, como es la innovación y la digitalización y lo que publican los medios es su crítica a la situación política.

Una cosa no quita la otra. Aznar y González pueden hacer un diagnóstico correcto y, además, tener un altísimo concepto de sí mismos, que lo tienen, y qué diablos: además se lo merecen. Los ecos de sus palabras muestran muy bien cómo está nuestro país: ambos dirigentes iban a hablar y supongo que hablaron de un tema sustancial del futuro, como es la innovación y la digitalización y lo que publican los medios es su crítica a la situación política.

A mí me pareció que lo más interesante de la reunión del PSOE con Esquerra, de Lastra con Rufián, ha sido la reunión misma. Me explico: hubo una conversación, supongo que negociación, con independentistas y no se hundió el mundo. Si hubiese ocurrido hace tres meses, estaríamos escuchando solemnes proclamas sobre pactos secretos con los enemigos de España y sobre el entreguismo del gobierno a quienes pretenden destruir el Estado.

A mí me pareció que lo más interesante de la reunión del PSOE con Esquerra, de Lastra con Rufián, ha sido la reunión misma. Me explico: hubo una conversación, supongo que negociación, con independentistas y no se hundió el mundo. Si hubiese ocurrido hace tres meses, estaríamos escuchando solemnes proclamas sobre pactos secretos con los enemigos de España y sobre el entreguismo del gobierno a quienes pretenden destruir el Estado.

Si se toman al pie de la letra las palabras de Sánchez, no es que no estén preparados para liderar juntos el país. Es que son radicalmente incompatibles. Y lo de menos es la investidura. Lo trascendente a estos efectos está en las diferencias ideológicas. Sánchez citó a Cataluña. Pero la lista de discrepancias podría ser inmensa. Podría afectar incluso a la Corona y al modelo de Estado.

Si se toman al pie de la letra las palabras de Sánchez, no es que no estén preparados para liderar juntos el país. Es que son radicalmente incompatibles. Y lo de menos es la investidura. Lo trascendente a estos efectos está en las diferencias ideológicas. Sánchez citó a Cataluña. Pero la lista de discrepancias podría ser inmensa. Podría afectar incluso a la Corona y al modelo de Estado.