Rubén Rey

Organizada en tiempo récord, en apenas dos meses, y con dudas iniciales en relación a cómo montar una edición marcada todavía por la pandemia, la comisión de la Reconquista hace balance del fin de semana en "Más de Uno Vigo". Fiz Axeitos asegura que las primeras estimaciones cifran en 300.000 el número de personas que acudieron al Casco Vello desde el viernes hasta el lunes.

"A algunos ciudadanos rusos les han echado de sus trabajos y les niegan los buenos días". Es la denuncia que realiza en "Más de Uno Vigo" Jesús, un profesor de idiomas que cuenta con numerosos rusos y ucranianos entre sus alumnos, y que además vivió durante varios años en Rusia. Además, hace hincapié en la situación de bloqueo financiero que están viviendo, sin acceso a sus tarjetas VISA o MasterCard y sin posibilidad de enviar o recibir dinero. "Están tratando de solucionar este problema a través de criptomonedas".

Llega la hora de la verdad para el filial céltico, empezando por el partido de este próximo domingo en Balaídos ante el Deportivo. Recta final de la campaña en la que el Celta B seguirá luchando por el ascenso a Segunda A. Pues bien, los partidos del filial (al igual que los del Racing y el Depor) se podrán ver gratis y en abierto hasta final de temporada.

La Directora Xeral de Saúde Público, Carmen Durán, se pasaba por los micrófonos de Más de Uno Vigo para repasar el nuevo escenario COVID que se deriva de la reunión de la Comisión de Salud celebrada ayer y que modifica y relaja algunos protocolos de vigiliancia y control de la enfermedad. "Es un nuevo contexto pero no podemos hablar de gripalización de la pandemia. Una cosa es la gripe y otra el COVID", matizó.

Pésimas noticias llegan desde la enfermería celeste. Se confirma la lesión del capitán Hugo Mallo: rotura de rótula en su pierna derecha, lo que conlleva una convalecencia de entre 9 y 12 semanas. Dicho de otro modo: se acabó la temporada para el lateral de Marín. Sin lugar a dudas, se trata de una baja sensible para Coudet ante el tramo final de temporada.

La paulatina llegada a Vigo de decenas de refugiados procedentes de Ucrania está posibilitando el emotivo reencuentro de familias que, de algún modo, ven paliado su dolor al comprobar que sus seres queridos están sanos y salvos ya lejos del conflicto. Es el caso de Dasha, una ucraniana que lleva un año viviendo en Vigo, y que acaba de recibir a sus padres y a otra familia muy cercana a la suya.