El Ministerio de Consumo ha anunciado que endurecerá los requisitos a la hora de vender mascarillas higiénicas en una nueva orden, que permitirá que solo sean comercializadas como tales aquellas que hayan sido testadas por laboratorios acreditados, con una filtración superior al 90%. A su vez, también ha señalado que aquellas que incumplan la normativa podrán enfrentarse a la sanción del cierre durante cinco años, aunque tendrán un plazo de treinta días para adecuarse a los nuevos requisitos.
Según fuentes del Ministerio, Alberto Garzón, ministro de Consumo, firmará la orden este jueves y establecerá un periodo transitorio de un mes para adecuar el etiquetado y la acreditación de los laboratorios, que entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el BOE. Pasado el plazo, ya no podrán ser comercializadas con la denominación de mascarillas higiénicas.
Así, se refuerza la orden aprobada el 19 de abril de 2020, que recoge los requisitos de etiquetado y comercialización de las mascarillas no consideradas quirúrgicas, ni FFP. Consideran que esta fue demasiado distendida a la hora de establecer las exigencias de calidad de estos productos por su "falta de stock" en el inicio de la pandemia, donde apenas se podía cubrir la fuerte demanda del momento.
Novedades de la orden
Este nuevo decreto define conceptos como mascarilla facial (o cobertor facial comunitario), accesorios de mascarilla y filtros. Además, respecto a los requisitos adicionales, cualquier mascarilla higiénica deberá indicar las especificaciones técnicas, datos testados sobre la filtración, la resistencia a la respiración o permeabilidad al aire y el laboratorio, entre otros.
Tampoco podrán comercializarse fuera de su envase original, como sí se hizo durante el inicio de la pandemia, los filtros deberán cubrir la mayor parte de tela posible y no estará permitido incluir referencias a otro tipo de productos que puedan dar lugar a engaño sobre la verdadera naturaleza del producto.
Por otra parte, esta nueva orden también regula las mascarillas higiénicas para ‘usos especiales’, como las destinadas a sordomudos, personas con discapacidad o niños.
