Desde que la farmacéutica Pfizer y BioNTech anunciara que su vacuna contra el COVID-19 es "90% efectiva", las bolsas de todo el mundo se han llenado de optimismo, al igual que los políticos. Bruselas ya ha dado luz verde a la adquisición de 300 millones de dosis y el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció que 20 millones de vacunas llegarían a España en 2020.
Para el titular de Sanidad, se trata de "un paso prometedor y relevante" que permitirá vacunar a 10 millones de personas en nuestro país. Sin embargo, expertos como el doctor Pedro Cavadas, se muestran desconfiados con los plazos.
"A la población no se le puede mentir. No entiendo que se haga", criticó el reconocido médico respecto a las previsiones del Gobierno, y señaló que la realidad es que es "metafísicamente imposible que haya una vacuna testada" en menos de dos años, pues "en la fase 3 no ha empezado ni la película", por lo que calcula que pasarán "años, no meses" hasta que den con una vacuna eficaz y segura.
"Habrá que definir quién se va a comer las 15 o 20 primeras encefalitis que provoque cualquiera de las vacunas, porque todas las vacunas, al principio, tiene un porcentaje de efectos adversos que han requerido modificaciones y retirar algunos tipos de vacunas", explicó, y puntualizó que todo dependerá "de lo que se entienda por vacuna".
Pedro Cavadas señaló que "el que una vacuna entre en fase 3 significa que hay alguna posibilidad de que, dentro de unos años, aquello sea eficaz y seguro. Si queremos algo rápido hay que aceptar que no va a ser tan seguro".
"Una vacuna segura, testada y pasado mañana, no se puede", opinó, a la vez que añadió que "siendo realista, antes de un par de años no me la creo", pues "aparecerán un número de efectos adversos".
Asimismo, el doctor Cavadas remarcó que no solo basta con tenerla preparada, sino que producir las dosis suficientes también llevaría su tiempo: "Hasta que esté vacunada un porcentaje de población suficiente como para decir esto es normalidad, otro par de años".
Preguntado por cuándo cree que se dejará de usar la mascarilla, consideró que "en un par de años va a ser opcional" y, por último, criticó las medidas políticas aceleradas del Gobierno. Para el facultativo, se trata de un "tipo de juego de ratón y gato," que llevará "implícita una ruina absoluta".