El piloto español Fernando Alonso, doble campeón del mundo de Fórmula Uno, rompió el motor Honda de su monoplaza a falta de 21 vueltas para la conclusión de la edición 101 de las 500 Millas de Indianápolis. Alonso, a pesar de su lógica decepción, salió del coche saludando al público del Indianapolis Motor Speedway y mostrando el pulgar hacia arriba en señal de satisfacción por su actuación personal.
El asturiano ocupaba la cuarta plaza tras superar las primeras 100 vueltas al circuito, el ecuador de la carrera, solo por detrás del brasileño Helio Castroneves y los estadounidenses Ryan Hunter-Reay y Alexander Rossi, todos ellos campeones en alguna ocasión de esta carrera.
El ovetense, que partió desde la quinta plaza, llegó a liderar la carrera tras las primeras 55 vueltas, momento en el que un espectacular accidente protagonizado por Scott Dixon, que vio cómo su monoplaza volaba por los aires tras chocar con Jay Howard, detuvo la competición.