Desde el principio se podía apreciar que iba a ser un partido prometedor para los del Cholo Simeone, que llevan un reinicio de Liga prometedor. De hecho a los 51 segundos se adelantaron gracias a Álvaro Morata. Llorente inició la jugada y el desmarque de Correa le permitió asistir a Morata, que tal sólo tuvo que empujar el balón a la red.
Un gol tranquilizador para los colchoneros pero que sinceramente no demostró demasiada fuerza en la defensa vigués, en la que Óscar García sacó cinco futbolistas.
Sabiendo de la importancia del encuentro, los celtistas salieron mucho enchufados a la segunda mitad. Tanto que en el minuto 48 Fran Beltrán igualó las fuerzas de los dos equipos. Se animaba así el Celta y de hecho instantes después, Brais Méndez pudo hacer el segundo y permitir dar un paso más en su permanencia al cuadro vigués.
No podía el Atlético y Simeone empezó a mover el banquillo. Dio entrada a Vitolo y a Lemar y además en los minutos, para sorpresa de todos, dio entrada a Ivan Saponjic.
Cuando estaba muy cerca de acabar el encuentro se vio uno de sus momentos poco frecuentes en los partidos. Se lesionó Rubén Blanco y en su lugar tuvo que entrar Iván Villar.
Los minutos finales, los del Cholo lo intentaron. No mostraron gran brillo ante un Celta que cedió terreno pero sí que dieron la sensación de que podían hacerse con el encuentro en los siete minutos de descuento que tuvieron.
Finalamente, no pudo ser y los rojiblancos finalmente cedieron dos puntos en Balaídos, que le situán a tres puntos del Sevilla.