Hay momentos que marcan una época. Hay días y fechas que quedan siempre grabadas en el recuerdo. En el fútbol, para España, bien podrían ser y son el 29 de junio de 2008 y el 11 de julio de 2010, cuando se conquistaron la Eurocopa y el Mundial. Pero antes de dominar el mundo con los pies, los españoles lo dominamos con las manos. Lo hicimos un 3 de septiembre de 2006, cuando los Gasol, Navarro, Garbajosa, Jiménez y compañía se colgaron el oro en el Mundobasket tras derrotar a Grecia por 70-47 en la cita de Japón.
Ahí empezó todo. Ahí empezó la década dorada del baloncesto español que ha concluido, aparentemente, con el bronce de Río 2016. Pero todo empezó con los chicos de Pepu Hernández, con Mundial celebrado en el país del Sol Naciente en el que EEUU fue eliminada por Grecia y en el que España minimizó al potente cuadro heleno. Lo hizo en una final en la que solo hubo un color, en una final que encumbró a una generación que emocionó a todo un país.
Y lo hizo sin Pau Gasol, lesionado. El catalán no pudo estar ante los griegos, pero el resto del equipo dio tal recital que su ausencia, quién podría pensarlo, no se notó. Juan Carlos Navarró desarmó a Grecia con 20 puntos. Y con otros 20 hizo Garbajosa lo propio. Con Jiménez dominando el rebote, el partido dejó de tener historia cuando en el descanso la ventaja para España era de 43-23.
Desde ese momento los éxitos para España no han parado. Dos platas (2008 y 2012) y un bronce olímpico (2016), tres oros europeos (2009, 2011 y 2015) y un bronce (2013) son el bagaje de un combinado que se ha ganado el respeto del mundo. Y todo desde que en 2006, en Japón, se colgaran el metal mundial dorado.
