Goran Dragic, autor de 35 puntos, que acabó agotado, y Luka Doncic, que sufrió una torcedura de tobillo mediado en tercer cuarto, fueron los mejores, junto con Prepelic, de una Eslovenia que luchó con una energía y fe infinitas.
Bogdan Bogdanovic, con 22 puntos, no consiguió hacer a Serbia campeona en el que también hubiera sido su primer título europeo.