El protagonismo en la previa lo absorbió la inmensa figura de Marc Gasol, leyenda del baloncesto español ya retirada que posó en el parqué junto a sus trofeos ganados con el combinado nacional para recibir una larga e intensa ovación por parte de la grada. Replicar lo conseguido por él y sus compañeros de generación será complicado para quienes han recogido el legado, aquellos que ahora tienen la mirada puesta en el Preolímpico de Valencia. Pensando en ese torneo, el enfrentamiento ante el combinado transalpino, otro que tendrá aún que sudar el billete para París, se presentaba como una buena primera prueba.
El comienzo fue descorazonador, con un parcial de 1-10 que acabaron puliendo los hermanos Hernangómez hasta acercar al equipo español a solo cuatro puntos al final de un primer acto que evidenció el carácter no oficial del choque y la necesidad de rodaje de ambos conjuntos (10-14, min.10). La imagen de España mejoró en un siguiente cuarto, en el que fue de menos a más hasta que terminó por adelantarse con un triple de un entonado Álex Abrines a falta de un minuto y medio para el descanso. Ese hito estimuló al equipo español en el tramo decisivo ante una Italia roma que acabó calcando los mismos 14 puntos de los diez minutos de salida (33-28, min.20).
La inspiración de Abrines no se quedó en el vestuario y le siguió a la pista en el arranque de la segunda parte, cuando también brilló Willy Hernangómez. Entre ambos anotaron los doce primeros puntos españoles tras asomar desde el túnel, el escolta a base de triples y el pívot mediante un par de 2+1 (45-39, m.25). A partir de ese momento, volvió Italia a responder con recurrencia a los puntos en contra. Eso le valió primero para no salirse por completo del partido y, a la postre, para llegar a la media hora con opciones de llevarse el triunfo tras recortar ligeramente su desventaja (54-50, min.30).
De hecho, al cumplirse el ecuador del cuarto de cierre pudo situarse de nuevo por delante. Falló en su ataque y la respuesta fue un acierto lejano de Rudy Fernández que espantó la amenaza para España. Momentáneamente, porque no cesaron los visitantes en su empeño. La insistencia tuvo premio cuando a falta de poco más de un minuto un triple de Marco Spissu sirvió para poner el empate a setenta. Se pidió tiempo muerto, falló España su siguiente ataque y volvió a castigar Italia a falta de quince segundos con otro lanzamiento exterior, este de Stefano Tonut. Parecía el golpe definitivo, pero apareció entonces Sergio Llull con su habitual sangre de horchata para empatar de nuevo desde el perímetro con diez segundos por jugar, llevando el partido a la prórroga.
Entraron en ella los de Gianmarco Pozzecco con un 1-7 favorable, impacto que minimizó un triple liberado de Santi Aldama. No sería el único del canario, que a falta de minuto y medio repetiría para poner el 82-84. Superado el bache, y tras un resbalón de Spissu, los españoles tuvieron la opción de adquirir ventaja con cuatro segundos por jugarse, pero falló Willy en su tiro. Dos libres posteriores de Danilo Gallinari y un triple errado por Darío Brizuela terminaron de poner el broche.