Un palmeo sobre la bocina de Felipe Reyes dio la victoria a la Selección Española de baloncesto en un amistoso frente a Venezuela en el que los hombres de Sergio Scariolo han sufrido más de lo esperado ante la intensidad desplegada por el combinado sudamericano. Los desajustes defensivos, la falta de rodaje y las pruebas que puso en pista el técnico italiano fueron una losa ante un equipo que, al contrario que España, salió con las ideas muy claras desde el principio.
Demasiadas concesiones de los hombres de Scariolo durante los primeros compases, en los que Venezuela encontró el hueco con un efectivo juego interior. El mayor nivel de intensidad con el que saltó el combinado sudamericano fue suficiente para desarbolar a un equipo que aún necesita más recorrido y la movilidad de Gregory Vargas hizo el resto.
El gran juego desplegado por el base venezolano, sumado al acierto en momentos concretos de hombres como Anthony Pérez, permitió a los visitantes ponerse por delante mediado el primer cuarto. Sólo un arreón final, coincidiendo con la salida a pista de Rudy Fernández y Nikola Mirotic, permitió a los de Scariolo cerrar el primer cuarto con una tímida ventaja (20-17).
Sin embargo, los venezolanos volverían a saltar más enchufados en el segundo cuarto. Dos triples consecutivos de César García y un dos más uno de José Vargas mediado el parcial lanzaron al conjunto sudamericano cuatro arriba. Fue entonces cuando España, con Pau Gasol y Reyes en pista, recuperó su mejor versión ofensiva y encadenó varios minutos en los que se demostró la superioridad que se presupone bajo aro.
Sin embargo, la intensidad de los venezolanos seguía siendo un factor determinante y la vinotinto aguantó el envite para dejar abierto el partido antes de afrontar el segundo tiempo (40-37), que continuó por los mismos derroteros. Demasiados desajustes defensivos y falta de intensidad de los hombres de Scariolo.
Eso sí, la innegable calidad individual de los jugadores españoles permitió ofrecer momentos de buen juego, que se tradujeron en una ventaja máxima de ocho arriba (63-55) en los últimos compases del tercer cuarto.
Por aquel entonces, los venezolanos estaban empezando a notar el desgaste físico y los hombres de Scariolo aprovecharon para intentar matar el partido. Sin embargo, cuatro triples prácticamente consecutivos y mal defendidos mediado el último cuarto propiciaron un parcial de 14-2 para el cuadro sudamericano, que se puso con seis de ventaja (67-73) a falta de tres minutos.
Fue entonces cuando España sacó la artillería. Pau, Rudy y Reyes se pusieron el mono de trabajo y en apenas un minuto firmaron un parcial de 7-0 que devolvía la igualada y dejaba el partido totalmente abierto para los últimos compases. Hasta tal punto que tuvo que ser Reyes quien, sobre la bocina y al segundo intento, palmeara un balón muerto y diera la victoria a España sobre la bocina final.