Afrontaba la cita el cuadro anfitrión después de haber perdido en su estreno del nuevo año, también en la máxima competición europea y en el feudo del Barça. El objetivo era dejar en anécdota el tropiezo ante el máximo rival y no encadenar dos derrotas por primera vez en lo que va de curso. Un parcial de 8-0 tras la canasta inicial de Elijah Bryant dejó a las claras que el cuadro blanco lucía su confianza habitual. Sin embargo ese golpe no tumbó al rival, que fue capaz de aguantar el ritmo en una primera parte donde los dos equipos hicieron méritos para recibir carbón por sus guarismos desde la línea de tres.
Hasta veintiocho intentos lejanos, catorce por bando, acumularon entre unos y otros en los veinte minutos iniciales. Y de ellos solo transformaron cuatro, todos en los compases finales de cada cuarto antes del intermedio. Dos los hizo Mario Hezonja, quien superó así la barrera de los 200 en el torneo. En ese contexto, tocó picar piedra en la pintura. Allí se mostró el Real Madrid más efectivo (13 de 19), pero lo que obtuvo tirando lo perdió concediendo rebotes ofensivos a su oponente. Así, el enfrentamiento llegó igualado al paso por vestuarios (38-36, min.20).
En las taquillas encontró el Anadolu Efes los triples que parecía haberse olvidado en la primera parte. Mike Daum, Tibor Pleiss y Darius Thompson se turnaron para convertir desde el perímetro 9 de los 13 primeros puntos de los suyos tras el descanso, dentro de un parcial de 5-17 que hizo saltar las alarmas en el Real Madrid (43-53, min.25). El aviso despertó la voracidad de Musa. Con once puntos en poco más de seis minutos, el bosnio se echó al equipo a la espalda y también a la grada. Todos en comunión desnortaron a un cuadro visitante que sobrevivió al chaparrón gracias a los triples de Shane Larkin (64-61, min.30).
Superado el varapalo, emergió con entereza el bando visitante. Paciente y acertado en sus ataques, logró situarse cinco arriba a menos de tres minutos. Pero Musa no estaba dispuesto a irse de vacío en una de sus grandes noches, y él solo mantuvo el duelo igualado con 27 segundos por jugarse. Asumió Larkin el último ataque del Efes y la pegajosa defensa de Fabien Causeur le obligó a un tiro forzado que no entró, llevando el desenlace a la primera prórroga. El tiempo extra lo inició el anfitrión con un triple de Campazzo y un alley oop de Walter Tavares tras asistencia de Musa. Un buen augurio que cobró solidez gracias a dos tiros libres de Hezonja que pusieron a los suyos con cuatro de ventaja. Fue insuficiente para desesperar a Larkin, quien anuló la distancia con un 2+1 y un tiro libre consecuencia de una técnica pitada a Tavares.
Esa acción encendió a la grada, más indignada aún si cabe al considerar que debió señalarse falta en un intento de triple de Musa poco después. Cada ataque pasó a valer entonces oro, incienso y mirra al mismo tiempo. Pese a ello, los dos contendientes desperdiciaron sus opciones de castigar. Eso permitió al Real Madrid afrontar los 18 segundos decisivos con un punto a favor y dos libres para Campazzo. Falló el inicial y convirtió el segundo. Por su parte, en el otro aro, Larkin sumó los dos que tuvo para poner el 91-91 con 8 segundos por delante. Hezonja acarició la victoria, pero su intento lejano se salió de dentro y obligó con ello a cinco minutos más.
Tres triples de Larkin, Pleiss y Thompson en el retorno a la cancha pusieron a los foráneos a nueve con solo 2:18 de margen hasta el pitido final. Aún así quedaba fe en el arcón de los madridistas. Tavares y Campazzo desde la línea de tiros libres y Causeur con un triple acercaron a los suyos. El empate quedó a merced de Hezonja, quien sobre la bocina cumplió con su labor y se resarció de lo sucedido poco antes. Larkin comenzó el tercer añadido intimidando con otro triple, aunque esta vez no le siguieron el resto de sus compañeros. Eso provocó márgenes estrechos y más emoción, si es que eso parecía posible. Aguantaron el tipo, pese al cansancio, los dos y a falta de 14 segundos se puso el Efes por delante gracias a Dan Oturu. Respondió Tavares con un mate para que moviera pieza Larkin por última vez, pero erró en su entrada a canasta.
No había pues acabado la historia, con los Reyes Magos haciendo tiempo para no cruzarse con los que debían volver a su casa desde el pabellón, ya a buen seguro pasada la medianoche. Campazzo y Tavares, a base de tiros libres, y Hezonja desde el exterior, permitieron a los locales llevar la iniciativa. A todo respondía el Anadolu Efes en un intercambio apoteósico, acorde a lo vivido durante una noche inolvidable. Así fue hasta que un triple de Hezonja, a treinta y seis segundos para el final, situó a los suyos cuatro por delante. Fue la puntilla, el colofón soñado a un enfrentamiento irrepetible que ya es patrimonio inmaterial de la Euroliga.