El Real Madrid venció (89-83) al Barça este sábado en la primera semifinal de la Supercopa Endesa que se está celebrando en el Palacio de los Deportes de Murcia, un Clásico que tuvo buenos momentos en ambos equipos pero que terminó de blanco.
Facundo Campazzo, MVP hace un año en este mismo escenario, lideró a los suyos (18 puntos y 33 de valoración) y fue decisivo también por un robo que abrió brecha para los de Chus Mateo en el último minuto. El Madrid, campeón de las últimas seis Supercopas, buscará de nuevo empezar el curso con un título en la final de este domingo contra el Unicaja de Málaga o el anfitrión UCAM Murcia.
El primer Clásico empezó con 20 minutos igualados. El Real Madrid amagó con la escapada en el segundo cuarto, pero el Barça respondió después de tiempo muerto para remontar una desventaja de ocho puntos e irse por delante al descanso (41-42).
La firma de Peñarroya se dejó notar en la intensidad defensiva del primer tiempo, aunque los fichajes o novatos en este plato fuerte del baloncesto europeo no se lucieron en exceso. Sí lo hizo Rathan-Mayes, con una buena aportación de inicio para meter a los de Chus Mateo en partido, o Serge Ibaka, junto a Campazzo y Musa.
El equipo azulgrana dominó el rebote pero empezó a perder balones y dar oportunidad al Madrid de tomar el mando, algo que terminó logrando en el segundo parcial. Los blancos encontraron el acierto de tres, con Abalde, Campazzo y Llull, pero Darío Brizuela irrumpió con tres canastas desde fuera del arco.
Entre él, el ritmo de Satoransky y Jabari Parker, que se fue al descanso con 12 puntos, el Barça se marchó en buena línea al vestuario. Sin embargo, en el regreso, no siguió ese guion y fue el equipo madrileño el que mandó en el tercer cuarto (67-61).
El acierto lo acaparó Hezonja, con un juego coral los blancos que no tuvo un Barça a chispazos y que llegó a verse diez puntos abajo. El rebote que tuvo en el primer cuarto abandonó otro poco a los de Peñarroya y, pese al despertar de Abrines, el Madrid volvió a acercar la victoria esta vez a 10 minutos del final.
Ibaka, en su regreso a España 12 años después, intimidó otro poco en la pintura, pero en su segunda unidad, el Madrid no aguantó su renta. El regreso de Campazzo, en su conexión con Tavares, igualó de nuevo las tornas en un desenlace apretado que decantó un robo del argentino a Vesley.
El checo, con poco ritmo tras superar una apendicitis, desentonó y el equipo de Peñarroya murió en la orilla. El nuevo técnico culé ilusiona en la Ciudad Condal por su pasado y por su método, pero de momento, el 'Facu', tres veces MVP de la Supercopa, y el Madrid, diez veces campeón del torneo, tienen bastante más trabajo adelantado y alargaron su idilio en Murcia.