El Anadolu Efes revalidó este sábado su corona y conquistó su segunda Euroliga consecutiva tras derrotar, en una vibrante batalla decidida en un final agónico, a un Real Madrid al que se le escapó su undécimo título en el último suspiro tras cuarenta minutos de alta tensión que tuvo bajo su control durante la mayor parte del tiempo (57-58).
Después de dominar la primera parte y de llegar por delante al cuarto definitivo, el equipo turco supo darle la vuelta al choque y gestionar mejor sus ataques, liderado un día más por Vasilije Micic -elegido MVP-, al que en esta ocasión acompañó Tibor Pleiss, que completó una gran actuación con 19 puntos, diez de ellos en los diez últimos minutos, y siete rebotes, que dejaron con la miel en los labios al conjunto español.
Sin embargo, el primer cuarto tuvo a Walter Tavares como protagonista absoluto. Tras el inicio dubitativo de unos y otros, que tardaron dos minutos y medio en ver aro, el caboverdiano desató las hostilidades y se hizo el dueño en la pintura, destrozando una y otra vez a las torres rivales. En un primer cuarto para enmarcar, anotó doce de los quince puntos de su equipo y capturó siete rebotes.
La mala noticia para el Real Madrid le llegaba desde el exterior. No convirtió ninguno de los ocho triples que intentó en los primeros diez minutos, lo que permitió al Efes mantenerse a rebufo con las acciones de sus dos líderes, Micic y Shane Larkin. Seis puntos cada uno y otros dos de Pleiss fue la exigua producción ofensiva de los turcos antes de la primera pausa.
Con solo tres jugadores viendo aro en cada equipo se llegó al segundo acto con la final en un puño y con buenas sensaciones defensivas en los hombres de Pablo Laso, que se multiplicaban para, en una vibrante batalla táctica, desactivar a las estrellas rivales, aunque les quedaba aún mucho por remar tras recibir un 0-6 en contra que cerró con un solo punto de renta el acto inicial (15-14, min 10).
Pablo Laso optó por reservar a Tavares para la batalla de la segunda parte y tiró de Vincent Poirier, que cumplió en una fase de ligero dominio blanco. Un triple inicial de Jeffery Taylor y otros dos aciertos lejanos de Anthony Randolph mantuvieron a los turcos a raya. Solo Micic y Larkin sorteaban la tela de araña madridista, aunque seguían demasiado solos. Entre ambos anotaron 23 de los 29 puntos de su equipo al descanso (34-29, min 20).
Con Tavares de nuevo en pista, Abalde a los mandos y Adam Hanga pegado a Micic, el equipo español siguió picando piedra. Los puntos llegaban con cuentagotas (3-2 en los primeros cuatro minutos de la reanudación), pero su gran defensa le mantenía firme y la situación parecía bajo control.
Hanga, desde el arco, subió el 40-31 en el ecuador del tercer cuarto y obligó a Ergin Ataman a pedir tiempo muerto porque los suyos seguían sin carburar a su nivel habitual. Pleiss desatascó algo la situación con un triple frontal y acto seguido Tavares cometió la tercera falta y se tuvo que ir al banquillo. Tocaba seguir remando.
Los turcos apretaron atrás y llegaron a ponerse dos abajo. La tensión subió al límite a medio minuto del final del tercer capítulo tras una trifulca entre James Anderson y Vincent Poirirer se saldó con una antideportiva para cada uno con las que se llegó al último cuarto con todo por resolver y el título en el aire (42-40, min 30).
Micic, con un triple con Tavares encima, devolvió muchos minutos después la ventaja a los turcos en su primer ataque y Singleton, con un mate tras robo a Causeur, siguió levantando los ánimos de la hinchada turca. El Real Madrid sufría en exceso en cada acometida y Pleiss metió más presión y encendió las alarmas en su rival.
Sin soluciones arriba, el equipo español seguía pagando cara su falta de acierto. La retaguardia de los de Ataman impedía alegrías a un oponente que estuvo cuatro minutos y medio sin anotar una canasta en juego y viviendo de los tiros libres en el momento más decisivo. Llull acabó con la sequía, de la mejor manera, con un triple marca de la casa que devolvió las aguas a su cauce (50-49, min 36).
El final se acercaba y Pleiss, con cuatro puntos más, obligó a Laso a pedir tiempo muerto para gestionar el momento decisivo. Deck y Micic acertaron desde la línea de 6,75 y de nuevo Pleiss subió el 55-58 a un minuto del final. Ya no hubo tiempo, el Real Madrid acabó hincando la rodilla y tendrá que esperar para levantar la undécima.