El Valencia Basket ha cerrado un 2017 de ensueño al haber ganado su primera Supercopa en el feudo del Herbalife Gran Canaria por 63-69, en la que ha sido su cuarta final consecutiva tras disputar la pasada temporada los títulos de la Copa del Rey, Eurocup y Liga Endesa.
El conjunto valenciano ha protagonizado esta nueva gesta en una competición en la que no participaba desde hacía tres ediciones y, con su triunfo, ha alargado la maldición de todos los anfitriones de la Supercopa que, como hoy le ha ocurrido al 'Granca', siguen sin hacer valer los factores cancha y afición.
Los precedentes no invitaban al optimismo isleño, pues este choque se había vivido en 50 ocasiones en la Liga Endesa y el balance era muy favorable a los levantinos (34-16), que también ganaron tres de los cuatro partidos jugados ante el "Granca" en la Copa del Rey. La igualdad caracterizó el comienzo del choque, en una fase de estudio en el que los anfitriones apostaron de inicio por el base israelí Mekel y el Valencia por Sastre.
Un triple de Guillem Vives devolvió el dominio al Valencia con un mínimo 6-7, pero el 'Granca' espoleado por su afición respondió con un parcial 5-0 -canasta de dos de Eulis Báez y triple de Oriol Paulí- para disponer de la primera renta significativa, fruto de una gran defensa que ahogaba las posesiones del rival (11-7).
San Emeterio 'superstar'
La inspiración de Fernando San Emeterio, con dos aciertos seguidos, y una canasta contra tablero de Antoine Diot igualaron el cuarto en los últimos segundos, en los que el Herbalife perdió su concentración ofensiva (13-13).
En la segunda manga, cuatro minutos de gran baloncesto del conjunto amarillo sirvieron para abrir una nueva brecha en el marcador, con dos canastas, triples incluidos, de Paulí y del veterano Albert Oliver para un significativo 23-15, a los 14 minutos.
Con un 'Granca" lanzado, el partido se convirtió en casi un monólogo amarillo, con lanzamientos para todos los gustos y una defensa que asfixiaba la inspiración de todo un campeón de Liga.
Así, el Herbalife alargó su dominio hasta los 15 puntos (32-17, tras un parcial 19-4), con canasta de tres puntos incluida de Marcus Eriksson, quien se había proclamado en los prolegómenos campeón del Concurso de Triples de la Supercopa.
Remontada en el tercer cuarto
Con todo en contra, marcador, ambiente y dinámica de juego, los pupilos de Txus Vidorreta apretaron dientes para meterse en el partido antes del descanso con un tiro de Dubljevic y dos aciertos de Diot, que frenaron de raíz el vendaval de los isleños (32-23).
En la reanudación, un parcial 0-10 del conjunto levantino respondió al triple de McKissic y el pabellón se enmudeció por primera vez en el partido, con un Gran Canaria desconectado bajo los dos aros. Luis Casimiro pidió tiempo muerto con un ajustado 35-33, pero San Emeterio empató a 35 puntos.
La entrada de Mekel y Balvín no pudo impedir la segunda ventaja visitante del choque (35-37) con acierto de San Emeterio. Un festival de San Emeterio, con 14 puntos en el tercer cuarto puso en el marcador en un 39-44 que daba la vuelta al partido. Sin embargo, el Gran Canaria no bajó los brazos y el granadino Pablo Aguilar igualó el choque con un triple y una canasta para júbilo de la parroquia local (44-44, minuto 28).
El israelí Gal Mekel amplió el parcial a 7-0 (46-44) ante un pabellón que volvió a rugir ante el resurgir del Herbalife, pero apareció la mejor versión del gigante alemán Tivor Pleiss y el Valencia cerró el minuto 30 dos arriba (46-48). En el último cuarto, el montenegrino Dubljevic volvió a asumir galones (46-50) y el estadounidense Eric Green puso la máxima renta de su equipo (46-52).
Trono arrebatado
Tras el tiempo muerto y con Oliver en cancha no mejoró el 'Granca' y un triple de Diot aumentó la sangría local (48-55). En los últimos cinco minutos, con siete abajo (52-59), los anfitriones buscaron cambiar la dinámica y el norteamericano Luke Fischer convirtió un 2+1 para mantener la ilusión (55-59).
Sin embargo, Dubljevic emergió como la solución ofensiva del Valencia Basket y se erigió como un coloso en las dos canastas para cercenar casi todas las esperanzas de los isleños.
Baez acortó a cuatro puntos a falta de 2.30 (57-61) y Eriksson lo estrechó aún más con un triple lejano al grito de ¡sí se puede! (60-61). Tras alternarse Green y Eriksson en la anotación, Dubljevic sentenció desde los tiros libres (63-67) y Sastre machacó el triunfo en el último suspiro (63-69), para poner el colofón a un buen partido.