Hace justo un año, el Atlético se proclamaba campeón de Liga en el Camp Nou al empatar a uno frente a un Barça que era su mayor rival. Ahora, 365 días después, el cuadro azulgrana es el que salta de alegría y, cosas del destino, lo hace en el Vicente Calderón. El cuadro de Luis Enrique ya es campeón, ya es el mejor equipo de España. Ya tiene el título, el título que cedió el pasado curso, en sus vitrinas. Los culés ganaron con un gol de Messi a un ramplón Atleti y dejan en nada el triunfo del Real Madrid por 1-4 en Cornellá.
Mucho, muchísimo en juego en el Vicente Calderón.La Liga y la Champions, simplemente. Simplemente los dos objetivos que ambos equipos, Barcelona y Atlético respectivamente, tenían cuando arrancó la temporada. Las noticias eran perfectas para los rojiblancos al comienzo, pues el Valencia caía 0-1 ante el Celta en los primeros minutos de partido en Mestalla y ellos, en el Manzanares, tenían el duelo donde querían. El Barça tocaba, pero los contragolpes de los madrileños les hacían llevar peligro.
Fue el arreón inicial del Atlético, pues a partir del minuto 15 el monólogo azulgrana fue total. Era, por otra parte, algo previsible. La posesión iba a ser suya sí o sí, y lo terminó siendo. Pase a pase, los de Luis Enrique dominaban. Messi estaba fino, participativo. Y Neymar también. Rápido, veloz y vertical. No era un aluvión de ocasiones, peroOblak aparecía mucho en pantalla mientras nos íbamos olvidando de cómo iba vestido Claudio Bravo.
Dos penaltis reclamó el Barcelona en una primera parte para olvidar de Undiano Mallenco. Primero por una pena máxima de Rakitic a Godín en un saque de esquina, luego por unas clamorosas manos de Juanfran a cabezazo de Messi y para terminar por señalar el final del primer acto cuando el Atlético se encontraba en pleno ataque. Cero a cero en el Calderón para poner rumbo a vestuarios y los objetivos de ambos estaban cumplidos.El Real Madrid no era capaz de marcar tampoco en Cornellá.
Y entonces apareció el de siempre...
Eso sí, los blancos no tardaron en mover el marcador y ponerlo de su parte para cercar al Barça. Y es que era más rival el equipo de Ancelotti, desde la distancia, que el Atlético, que era quien estaba frente a ellos. Los rojiblancos se mostraron incapaces de crear peligro, y aunque en defensa estaban solventes, ya dijo Pep Guardiola que era "imposible" parar a un jugador como Messi. Así fue, y Lionel silenció a todos aquellos seguidores madridistas que pensaron por un momento en el milagro.
Todo gracias a una jugada típica del Barça que el Atleti no supo frenar. Desde la frontal,Messi cogió el cuero para hacer una pared con Pedro. Tras recibir el balón, control y zurdazo blandito ajustado al poste para poner su disparo imposible para Oblak. El esloveno vio cómo la bola tocaba las mallas de su arco sin poder hacer absolutamente nada para evitarlo. Y los once rojiblancos vieron en el videomarcador cómo Otamendi empataba y les llevaba a jugarse el tercer puesto en el último partido.
Y es que el Barça mandaba con el 0-0 a y siguió haciéndolo con el 0-1. Pudieron ser más, pero Neymar no acertó con una clarísima ocasión que tuvo en un pase de Messi y al menos hubo emoción hasta el final. Un final que el Barcelona manejó con veteranía, pues no se jugó nada en los tres minutos de descuento. Estaban pensando en otra cosa, estaban pensando en que llegara el final yen poder desatarse tras una temporada entera pasada en blanco. Undiano hizo sonar su silbato sin demora a pesar de los segundos perdidos y el Calderón fue una fiesta.
El Calderón, fiesta para el Barça
Una fiesta azulgrana eso sí. El feudo rojiblanco fue barcelonista por un rato en una tarde de júbilo y celebración para el Barça. En una tarde mágica que llevaban mucho tiempo esperando. En una tarde que pone fin a una campaña llena de luces y con la gran sombra de la derrota en Anoeta que les hizo convertirse en lo que son ahora. En un equipo que opta al triplete y que, de momento, ya tienen la Liga BBVA en sus vitrinas de forma totalmente merecida. Y con esta ya van 23.