El conjunto azulgrana no acusó el esfuerzo de la semifinal del viernes frente al Benfica (4-5), en la que necesitó una remontada heroica y una prórroga para ganar con un gol de Adolfo a 18 segundos para la conclusión del tiempo extra, y se desquitó de la final perdida el curso anterior frente al Sporting.
En una actuación muy fiable en la parcela defensiva, el cuadro español impuso su pegada para marcharse 2-0 al descanso con goles de Lozano y Pito, y Ferrao logró el tanto de la tranquilidad a los 27 segundos de la segunda parte antes de que Dídac Plana firmara la sentencia en los compases finales.
Pese al resultado, por un instante planeó sobre el Arena Riga el fantasma de las semifinales, en las que el Barça se marchó perdiendo al descanso por 3-0, pero los árbitros anularon un gol tempranero al Sporting porque el balón había salido por la línea de banda.
Superado este sobresalto, el Barça se mostró en todo momento mucho más sólido que en el partido anterior, limitó las pérdidas de balón y redujo la amenaza del Sporting.
Así, el Barça conquistó la cuarta Liga de Campeones de su historia -tras las de 2012, 2014 y 2020- en el que supone el tercer título en la primera temporada de Jesús Velasco en el banquillo, después de ganar la Supercopa y la Copa de España.
