Las ausencias de los eslovenos Tadej Pogacar y Primoz Roglic, así como la del belga Remco Evenepoel, los dos últimos rodando en la simultánea París-Niza, dejaron en el puesto de favorito para levantar el tridente de esta 59 edición de la "carrera de los dos mares" a Vingegaard, doble ganador del Tour de Francia, que sin embargo sucumbió ante su gran opositor, un Ayuso que voló en la primera toma de contacto y se vistió con la 'Maglia Azzurra'.
Salió primero a rodar el danés por los 10km que compusieron el circuito de ida y vuelta en Lido di Camaiore, en la región de la Toscana (norte de Italia). Y lo que más llamó la atención de su actuación no fue su tiempo, sino el casco con el que rodó -idéntico al del resto de componentes del Team Visma-, una especia de triángulo amarillo mucho más aparatoso de los utilizados normalmente que centró todas las miradas.
Su crono paró tras 11:46 minutos y su liderato duró apenas unos minutos, lo que tardaron el francés Kevin Vauquelin, del Arkea, en mejorar su tiempo por 4 segundos; y Soren Waerensjkjold, del Uno-X Pro, por 7 segundos, con apenas 30 ciclistas habiendo completado el recorrido.
La sensación era que el tiempo podía ser mejorado, pero no fue hasta que compareció la perla española cuando se batió la marca. Un relámpago atravesó los 10km de la prueba exhibiendo físico, adelantando a un rival y quedando pendiente del resto en la silla caliente para confirmar su victoria, especialmente a la espera del italiano Filippo Gana, del INEOS, el principal rival en las contrarreloj que tensionó el primer día con una marca ajustadísima a la del líder.
Llegó el tiempo de Ganna, del favorito en contrarrelojes. Y sufrió Ayuso desde el monitor viendo cómo el italiano hacía prácticamente el mismo tiempo en el primer sector y apretaba en el segundo. Pero no pudo Ganna superar a la estrella española por solo 1 segundo que para Ayuso significó la gloria. Celebró aliviado el español, que se supo ganador pese a que quedaban corredores por rodar.