Froome obtuvo la confirmación matemática de su triunfo a falta de más de 55 kilómetros para el final, ya que la prueba de este domingo tuvo una neutralización de siete de las once vueltas al circuito inicialmente previstas, a petición de los corredores.
El grupo consideraba demasiado peligrosas las condiciones de las céntricas carreteras de la capital italiana, por lo que la dirección de la carrera cerró oficialmente el cronómetro de la general tras las primeras tres vueltas.
Con Froome ya virtualmente campeón, se abrió una intensa pelea para hacerse con la victoria de etapa, en la que se impuso al esprint el irlandés Sam Bennett (Bora Hansgrohe), por delante del italiano Elia Viviani (Quick-Step).