La prueba echará de menos al lesionado Alejandro Valverde, quien ha hecho podio en cinco ocasiones, ganó la edición de 2014 y ha animado esta carrera siempre que ha participado en ella, favorecido por un recorrido rompepiernas que se adaptaba como un guante a sus magníficas condiciones.
Pese a esta notable ausencia, la clásica donostiarra, una de las mejores pruebas de un día del mundo, está llena de alicientes y los miles de espectadores que se agolparán a lo largo de sus 232 kilómetros de recorrido podrán disfrutar con las grandes estrellas del ciclismo.
El itinerario de esta carrera queda marcado por el tramo final, muy duro, con las subidas al puerto de Jaizkibel (primera categoría), el Alto de Arkale (2ª) y, sobre todo, las duras rampas por las laderas del Monte Igeldo a escasos kilómetros de meta, que harán la selección final.
El año pasado fue Bauke Mollema el más listo, con un ataque en Igeldo con el que se llevó el suculento premio tras entrar en solitario en las calles de San Sebastián, pero mañana el holandés del conjunto Trek no llevará el número uno en su dorsal.
El protagonismo se lo llevará, al menos en la línea de salida, su compañero Haimar Zubeldia, que se despide del ciclismo profesional al que tanto ha aportado en sus más de 20 años en la elite ciclista. La organización hará un homenaje a corredor de Usurbil.
Zubeldia no entra en los pronósticos finales, en los que sí figuran otros nombres como Van Avermaet, Tony Gallopin o Simon Tayes y sobre todo Urán, que llega fino tras acabar segundo el pasado Tour de Francia y ser el único capaz de hacer sombra al hombre mas fuerte de este deporte en los últimos años, Chris Froome.