Peter Sagan volvió a mostrar que es un ciclista especial, diferente al resto. Durante la disputa de la etapa 17, el eslovaco dejó una imagen para el recuerdo de la decena de aficionados que en ese momento animaban a pie de carretera.
Todo se produjo en la ascensión al Oiz. Allí Peter Sagan decidió regalar a los aficionados un caballito en plena ascensión, en una cuesta con un desnivel de casi el 10%.
Los aficionados alucinaron con la maniobra y vitorearon a Peter Sagan, un auténtico icono en el pelotón por maniobras de este tipo.