El City logra remontar con 10 y toma ventaja en la eliminatoria ante el Schalke
El Manchester City, jugando con diez hombres desde el minuto 68 por la expulsión del argentino Nicolás Otamendi, se impuso este miércoles a domicilio por 2-3 ante el Schalke 04 gracias un gol de Raheem Sterling en el minuto 90.
El City le dio la vuelta al marcador en los cinco minutos finales a un partido que se le complicó pese a haber tenido la iniciativa durante la mayor parte de los noventa minutos.
El equipo inglés intentó atacar desde el comienzo ante un Schalke replegado que ya en la alineación, con tres centrales y dos laterales, había hecho su declaración de intenciones. La primera ocasión llegó en el minuto 7 con un remate de cabeza del argentino Sergio Agüero, tras una falta lanzada por David Silva desde la izquierda, que el meta del Schalke, Ralf Fährmann, desvió a saque de esquina.
La presión no cesó y el Schalke no lograba sacudirse el asedio del City que en el minuto 18 terminó por reflejarse en el marcador. Silva le robó una pelota a Nastasic -Fährmann lo había mandado a la guerra con un pase negligente- y se la entregó al Kun Agüero para que definiera a puerta vacía. Tras el gol vino una fase en la que el Schalke intentó reaccionar y acumuló valor para tratar de jugar hacia adelante. En el 25 tuvo una ocasión con un remate desde la distancia de Mark Uth que pasó cerca del poste izquierdo. Más tarde, tras una falta lanzada por Kevin de Bruyne que Fährmann paró sin problemas, el Schalke armó un contragolpe que terminó con un disparo de Daniel Caligiuri que pegó en el brazo de Nicolás Otamendi.
El arbitro central, Carlos del Cerro Grande, sancionó penalti, tras consulta con el VAR que duró varios minutos, y el argelino Nabil Bentaleb asumió el cobro y no falló. Era el minuto 37. En el 44 se produjo un segundo penalti a favor del Schalke, por una falta de Fernandinho contra Sadio Sané dentro del área. Otra vez Bentaleb asumió el lanzamiento y otra vez acertó,
El City, pese a haber tenido el control durante la mayor parte del primer tiempo, se fue al descanso en desventaja por cuenta de dos penaltis, el primero de los cuales fue bastante discutido. Pese que el City seguía siendo el equipo que atacaba las cosas se
le complicaron cuando Otameni fue expulsado al ver su segunda tarjeta amarilla por una falta contra Guido Burgstaller. El Schalke tenía buenas cartas para llevar la ventaja hasta el final pero en el 85 Leroy Sané, que había entrado en el 78, empató al marcar un gran gol de falta el club en el que se formó.
Pese al júbilo de sus compañeros a la importancia del gol, Sané no quiso celebrar.