"2016 puede ser mi última temporada, salvo que sufriera algún percance en el Tour de Francia. Si eso pasa, mi primera opción será hablar con mi equipo, el Tinkoff, para continuar un año más", dijo Alberto Contador en la primera jornada de Divulgación del Ictus, celebrada en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid.
En caso contrario, Contador considera "muy atractiva" la posibilidad de seguir en su fundación si logra un patrocinador para sacar un equipo profesional para "dar continuidad" al trabajo que están haciendo con los corredores jóvenes.
Contador afrontará en 2016 un "calendario clásico" que comenzará "casi con toda seguridad" en la Vuelta al Algarve en Portugal, París-Niza, Volta a Catalunya y la Vuelta al País Vasco. "Ahí iniciaré un periodo de descanso para volver luego al Criterium del Dauphiné y al Tour de Francia", indicó.
El hecho que cambió la vida de Contador
El ciclista madrileño señaló como objetivo, al margen del Tour, en el próximo curso los Juegos Olímpicos, donde cuenta con participar tanto en la prueba en línea como en la de contrarreloj, añadió en el Ramón y Cajal de Madrid, donde fue tratado y operado de ictus, una enfermedad que cambió su "forma de ver la vida" y le ayudó a "valorar las cosas realmente importantes".
En la jornada se presentó el resultado de la investigación llevada a cabo en el Hospital Ramón y Cajal sobre la 'Incidencia de Ictus en Jóvenes', proyecto que ha sido patrocinado por la Fundación Alberto Contador y que revela la progresiva incidencia de la enfermedad en personas no mayores de 56 años.
De los 830 pacientes que ingresaron en 2014 en el Ramón y Cajal, 110 tenían menos de 56 años, por encima del 13% del total, lo que supone un incremento significativo en referencia a los datos anteriores.
Concienciado en la lucha contra el ictus
Entre estos pacientes, con una edad media de 46 años, el 85 por ciento presentaba al menos un factor de riesgo, entre los que destacan el tabaquismo, la hipertensión, la obesidad y el stress psico-social, un concepto no investigado hasta la fecha pero que presenta una alta incidencia (en torno al 60%) entre las víctimas jóvenes de un ictus.
No obstante, se está mejorando en la prevención de esta enfermedad así como en su tratamiento. Destaca la rapidez en la atención médica, en la que los hospitales de Madrid han conseguido elevar espectacularmente los porcentajes de curación, tanto de supervivencia como de superación de la enfermedad sin secuelas.
"Cuando lo sufrí no conocía los síntomas en absoluto. Aunque tuve dolores de cabeza muy fuertes en los días anteriores a tener el ictus, no imaginé lo que me sucedía, por eso es tan importante que la gente acuda al hospital en cuanto note algo raro. En esta enfermedad, cada segundo es importante", dijo Contador.