Irán apunta a una presión alta y un férreo sistema defensivo ante España
La selección de Carlos Queiroz llega al partido ante España como líder del grupo B tras su victoria ante Marruecos y la con intención de cortocircuitar el juego de toque de la selección española.
En las múltiples entrevistas que estos días han concedido Carlos Quieroz, su cuerpo técnico y los jugadores iraníes el mantra más repetido ha sido: "No somos defensivos, tenemos una estrategia para cada partido".
La del partido inaugural frente a Marruecos en el estadio de San Petersburgo quedó clara en los primeros 20 minutos.
Pese a salir con su mejor dinamita en ataque -Sardar Azmoun (Rubin Kazan) y Alireza Jahanbakhsh (AZ Alkmar), máximo goleador de la liga holandesa- los iraníes entregaron el balón y apostaron por resistir.
Una estrategia, basada en dos líneas muy juntas y solidarias de cinco jugadores que formaban una tela de araña, que jugadores y equipo técnico justificaron después con un sorprendente razonamiento de "índole cultural".
Y que en palabras de Jahanbakhsh, Irán no repetirá en el partido del miércoles frente a España en Kazan.
"Creo que no, porque eso viene más por la cultura, creo. Nosotros intentamos que Marruecos se irritara, sabíamos que si no les dejábamos jugar, con contacto, se irritarían y eso lo hicimos de la mejor manera hoy. Cuando iba pasando el partido estaban más ansiosos", explicó.
Tanto, que Irán apenas tiro en dos ocasiones a puerta en todo el partido. Ambas en la primera parte y en un jugada de contraataque fruto de un error de Marruecos en el centro del campo que primero Azmoun y en el rechace Jahanbakhsh no supieron embocar frente a Munir.
Y que dio sus frutos en el minuto 95, con un autogol a la salida de una falta del "desesperado" Marruecos, tras una segunda parte en la que los "guepardos persas" no tiraron ni una sola vez al marco de "los leones del Atlas".
Ni el delantero del equipo holandés, ni sus compañeros ni Océano, segundo entrenador de Queiroz, han querido revelar nada de la táctica que se empleará para negar a España y tratar de arrancar un resultado positivo que confirme las expectativas de Irán de alcanzar la segunda fase.
El ex de la Real Sociedad se limitó el domingo a "la estrategia de Irán es trabajar mucho y saber que tenemos por delante jugadores con gran capacidad, no le podemos dejar mucho espacio, mucho tiempo para pensar".
"Vamos a hacer nuestro partido, a utilizar nuestras armas y a sacar lo que sea posible del partido", afirmó.
Una declaraciones que, unidas a las diferentes pruebas realizadas en los amistosos de preparación, hacen prever que Irán apostara por el mismo rigor defensivo que frente a los marroquíes, al que añadirá una dosis de presión muy alta y asfixiante sobre los españoles para negar su juego.
Y por un marcaje muy estrecho sobre tres jugadores en particular a los que Irán teme por encima de todo: Sergio Busquets como inicio de las jugadas y pivote del campo, Andrés Iniesta y David Silva, en un intento porque ambos no reciban en ventaja.
El portugués recuperará, con toda seguridad, a Mehdi Taremi, un fijo en el centro del campo que jugó los últimos minutos en el partido de Marruecos tras llegar con problemas físicos a esta copa del Mundo.
Pero volverá a sufrir la importante baja de Saeid Ezatolahi, un medio de corte defensivo, con mucha técnica y que pasó por las categorías inferiores del Atlético Madrid, sancionado por la FIFA con dos partidos de sanción tras ser expulsado durante la fase de clasificación.
Y mantendrá el bloque defensivo del primer partido, con los dos centrales -Chemi y Pouraliganji- muy pendientes de que el delantero que elija Fernando Hierro tenga dificultades para girarse, recibir y encarar a Beiranvard.