Onda Cero ha accedido a la misiva en exclusiva en la que Terreros recuerda que ya ha habido en este periodo una resolución judicial a su favor por la acusación de malversar fondos públicos.
Esto recoge el discurso en la parte más concluyente de la misma:
"Les aseguro que, en los 7 años en los que he ocupado este cargo de Director mis guías han sido la de una gestión de eficiencia y eficacia máximas y de justicia en la persecución del dopaje. En esta tarea he tenido la suerte de tener a mi lado un equipo ejemplar y el apoyo y la confianza de 5 Presidentes que han respetado la debida independencia de la AEPSAD y de la CELAD.
Los históricos logros conseguidos quedarán ahí, pero en estas últimas semanas me he visto involuntariamente inmerso en una persecución mediática propia de la inquisición, se han sucedido noticias falsas y claramente dirigidas a dañar mi imagen, la de la lucha antidopaje española y la del deporte español en general, sin aportar ni un solo documento, ni un dato como respaldo.
Creo que todo ello queda perfectamente aclarado en el informe y que además ha sido recogido en sus informaciones por los periodistas deportivos serios de este país que han querido comprobar los documentos reales. Sin embargo, lo peor, lo más grave, ha sido el impulso que desde el Consejo Superior de Deportes se ha dado a toda esta auténtica ordalía.
El presidente de la Agencia ha preferido actuar como amplificador de este movimiento interesado con un comunicado cuyo objetivo no he llegado a comprender y sin escuchar ni una sola palabra mía.
Incluso la Ministra se ha visto involucrada, quiero pensar que involuntariamente.
Este injusto comportamiento y el esfuerzo para luchar contra la mentira han acabado dañando gravemente mi salud y destrozando el ánimo de familia.
Además todo esto ha sido gratuito e innecesario. Simplemente con hacerme constar la conveniencia de un cambio en la Dirección, yo me hubiera ido sin ningún ruido, 7 años en este cargo son muchos, y la imagen del deporte español y de la lucha contra el dopaje hubiera quedado donde siempre debería haber estado.
Sin embargo, encontramos este comportamiento, propio de otros regímenes e impropio en esta España del siglo XXI, espero que alguien lo analice.
Sepan que no tengo ningún interés en aferrarme al cargo y que, en todo caso me sería imposible trabajar bajo la desconfianza mutua con el Presidente de la CELAD.
Decidan ustedes en conciencia".