Las guerreras del agua dejaron atrás el duro momento de salir de la lucha por el oro, con la derrota en semifinales el miércoles ante Grecia (11-9) y recuperaron la autoridad mostrada en el resto del torneo. Las de Miki Oca saltaron con todo para demostrar que siguen siendo referencia mundial.
En Barcelona, donde hace cinco años se proclamaron campeonas del mundo, las pupilas de Oca volvieron al podio continental que se resistió hace dos años, y que no conocían en su tercer cajón. España se comió a la defensora del título, una Hungría que no encontró la motivación de pelear por el tercer puesto que se quedó la anfitriona.
España cerró el primer parcial con 1-5, recuperando las paradas de Laura Ester que no supieron frenar a las griegas. La gran defensa y la efectividad en las superioridades, dos de inicio gracias a Szucs, lanzaron a las de Oca ante un rival inoperante. Reaccionó Hungría en el segundo parcial para maquillar el marcador (3-6).
La campeona de Europa en 2014 recuperó la agresividad en el tercer parcial, con un 0-4 que sentenció el bronce para la anfitriona. A la fiesta se quiso apuntar toda una selección de 'guerreras', que no tiene dos días malos como tampoco tiene dos torneos malos, habitual en los podios de las grandes citas desde aquella histórica plata olímpica en Londres 2012.
El último cuarto dejó algo de orgullo húngaro, pero con el 3-10 que marcó el inicio de los últimos ocho minutos, nunca peligró el bronce para España. El acierto de cara al gol tuvo solo a Anna Espar (2) y Anna Güal (3) como anotadoras múltiples de otra tarde grande del waterpolo femenino español.