España no podrá reeditar lo sucedido hace 30 años en el Olímpico de Tarrasa en los Juegos de Barcelona'92 ni tampoco el bronce del último Mundial. Eso sí, la selección se va con buenas sensaciones y con un equipo que puede dar mucho en el futuro.
Australia sacó provecho de la primera ocasión que tuvo en forma de penalti-córner que anotó Renee Taylor cuando solo se llevaba dos minutos. El gol aceleró a España que en el siguiente ataque gozó del primero de los dos penaltis-cortos que fallaría en este primer cuarto en que Australia también gozó de otro sin el acierto del primero.
La selección impuso su ritmo y su juego vertiginoso en un contragolpe de libro con la bola para Sara Barrios que topó con la meta Jocelyn Bartram en su mano a mano. El segundo cuarto continuó con España llevando el peso del juego en busca de la igualada pero sin que se concretasen en el área de las oceánicas.
Las australianas apelaban a su físico mientras que Lucía Jiménez y Candela Mejías se mantenían en el partido después de un par de golpes de consideración. Australia estuvo a un paso de marcar el segundo en un contragolpe con remate final de Hannah Cullum-Sanders que en una doble intervención de gran mérito desbarató la portera canaria Maialen García.
Lejos de mejorar las cosas en el tercer cuarto, empeoraron. Primero con la falta de acierto y segundo con el 0-2 anotado de nuevo por la inevitable Renee Taylor en el minuto 10 para poner las cosas muy cuesta arriba. Las Redsticks salieron en tromba en el último cuarto con Beatriz Pérez liderando las operaciones ofensivas por la banda.
En una de esas acciones, España tuvo un nuevo penalti-córner pero una vez más la falta de definición dejaba ver la odiosa comparación con las australianas que marcaron la diferencia. Una derrota que marca el adiós de la capitana Gigi Oliva en su casa de Tarrasa.