La estadounidense Ronda Rousey tuvo una amarga y corta vuelta a los octágonos del Ultimate Fighting Championship (UFC), el mayor campeonato de artes marciales mixtas, después de no llegar ni al minuto en su combate por el cinturón del peso gallo con la brasileña Amanda Nunes.
"Este es mi momento. La campeona soy yo y pido ese reconocimiento del público. Me preparé mental y físicamente, sabía que los aficionados amaban a Ronda Rousey, pero no iba a permitir que me quitara el cinturón. Soy la campeona real, ahora Ronda Rousey se va a ir a hacer películas y dinero", aseveró feliz Nunes tras no dar ninguna opción a su rival.
Un retorno frustrado
Esta pelea era la gran atracción de la noche en el T-Mobile Arena de Las Vegas ya que suponía el esperado retorno de Rousey, una de las estrellas más mediáticas de la UFC y que había perdido su título del peso en su séptima defensa el año pasado ante Holly Holm.
La californiana, bronce olímpico en judo en 2008, no estuvo cerca de su nivel de antaño y de eso se benefició una Nunes, muy agresiva y que le arrinconó a base de golpes hasta que el árbitro Herb Dean paró el combate a los 48 segundos y proclamó vencedora a la brasileña, que se convierte en la primera mujer en defender exitosamente este cinturón desde que precisamente Rousey lo perdiese en septiembre del 2016.