Los sucesos ocurrieron en 2012, cuando era secretario general de la UEFA. En verano de 2011 estalló el escándalo de amaño de partidos en Turquía, en el que estuvieron involucrados varios equipos de Primera división del país Entre ellos, Fenerbahçe, Besiktas y Galatasaray.
Aquel año, el Fenerbahçe ganó la Superliga turca pero 36 personas fueron condenadas por amaño de partidos, incluido el presidente, Aziz Yildirim. A petición de la UEFA, la TFF (federación turca de fútbol) privó al club de Estambul de participar en competiciones europeas durante dos temporadas.
Sin embargo, la TFF decidió aplicar sanciones menores y la postura de Infantino está en duda. El Fenerbahçe habría descendido a segunda, pero el club se oponía a la sanción.
El TFF propuso que en lugar de descender al Fenerbahce a Segunda, el club sería despojado del campeonato de 2011, se le quitarían 12 puntos, sería multado y sancionado sin jugar competiciones europeas.
Infantino se lavó las manos
Infantino declaró que era un asunto de la Federación Turca: "Podemos decir, en nombre de la UEFA, que teniendo en cuenta todas las circunstancias, su propuesta parece constituir una medida razonable y proporcionada y respuesta apropiada para abordar este asunto".
El presidente de la TFF, Mehmet Ali Aydinlar, dijo públicamente que se llegó a este acuerdo con la UEFA: "En lugar de lo previstos en las regulaciones disciplinarias, la Federación planea implementar, esta vez y excepcionalmente, una gama de sanciones específicas".