Siguen las agresiones a los árbitros en el fútbol. El último caso conocido es el de Carlos Alberto Lara Ortega, árbitro encargado del Campos - Playa de Calviá de Tercera División, suspendió dicho partido por recibir insultos desde la grada.
En declaraciones recogidas por el portal futbolmallorca.com, el colegiado señala que le llamaron "tonto y gilipollas tres veces", motivo por el cual suspendió el partido a los 35 minutos.
Esta medida llega después de que la Federación Balear de fútbol propusiese a los colegiados suspender los partidos si los aficionados les insultaban, propuesta surgida de la batalla campal que se organizó entre los padres del Alaró y el Collerense.