La legendaria gabarra con la que el Athletic Club celebró sus títulos en 1983 y 1984 no saldrá del Museo Marítimo de Bilbao, donde permanece en dique seco desde hace tres años, para festejar la Supercopa con la que el equipo rojiblanco acabó con una sequía de éxitos de 31 años.
La gabarra se encuentra en ese dique, situado a los pies del estadio de San Mamés, compartiendo espacio con embarcaciones pertenecientes a la colección expositiva del museo marítimo, como un pesquero tradicional, una lancha de aduanas o el velero con el que el navegante vasco José Luis Ugarte dio la vuelta al mundo en 1993.
El apretado calendario del equipo de Ernesto Valverde, que el jueves jugará en Eslovaquia la ida del 'play off' de la Liga Europa, no va a permitir a la afición rojiblanca volver a ver remontar la Ría del Nervión a uno de los símbolos más queridos y representativos de sus 117 años de historia.
"No es que no queramos sacarla, pero tenemos que seguir compitiendo. Estamos al comienzo de temporada, hay una previa en la que debemos garantizar la Fase de Grupo y hay que amoldarse a disfrutar y seguir compitiendo", señaló ayer en el mismo Nou Camp el presidente, Josu Urrutia.
La gabarra 'Athletic Club', construida en 1960 por Astilleros Celaya con 18,5 metros de eslora y 8,5 metros de manga y utilizada para la carga y transporte de material para la entonces pujante industria vizcaína, surcó por primera vez la Ría en 1983 para celebrar el título de Liga logrado en el Estadio Insular de Las Palmas.
Aquel 3 de mayo, una ingente marea humana de cerca de un millón de personas saludaba desde ambas márgenes el paso de los jugadores a bordo de la embarcación, que tardó tres horas en llegar a la altura del Ayuntamiento de Bilbao entre el delirio de sus seguidores.
Tan solo un año después, aquella impresionante imagen volvió a repetirse con motivo del doblete de Liga y Copa alcanzado por el equipo de Javier Clemente tan solo nueve meses después de las terribles inundaciones que asolaron con especial crudeza a la capital.
Bizkaia entera volvió a volcarse con los campeones en una inolvidable jornada que esta vez no volverá a repetirse, para desilusión de miles de seguidores que reclamaban de nuevo su presencia, sobre todo de la generación de 'treintañeros' que no pudieron vivir entonces en directo una fiesta que simboliza como ninguna lo que significa el Athletic.
En 2012, la Autoridad Portuaria de Bilbao decidió jubilar para las actividades portuarias la barcaza y cederla al Museo Marítimo de Bilbao, utilizada hasta esa fecha todavía como herramienta de trabajo y convertida ya en símbolo para todos los aficionados del Athletic.