El Atlético de Madrid ha tomado este miércoles "la decisión de no vender entradas en zona visitante a ningún socio abonado de la Grada de Animación", en referencia al sector donde se ubican los ultras del conjunto rojiblanco en el fondo sur del Metropolitano, además de otros aficionados, en los "próximos cinco partidos" fuera de casa del equipo contra el Betis, el Vic, el París Saint Germain, el Mallorca y el Sparta Praga, por ese orden.
Con tres sanciones en curso
El club, que "ha informado esta misma tarde a todos los socios abonados de esta zona de la medida adoptada", ha adoptado esta determinación ante la "gravedad de la situación" y recuerda que "esta decisión viene motivada por las dos graves sanciones que el club ha recibido en los últimos días como consecuencia de distintos incidentes protagonizados por una pequeña minoría de aficionados".
"El primero de ellos se produjo en la grada baja del fondo sur en el partido ante el Real Madrid y ha supuesto la clausura por tres partidos de esta zona del estadio por parte del Comité de Competición y la propuesta de la Comisión Antiviolencia de cierre completo del estadio durante dos semanas, además de dos importantes multas económicas por valor de 105.000 euros", abundó en el comunicado publicado en su página web oficial.
"Adicionalmente, debido a los gestos realizados en la grada por un pequeño grupo de individuos en el partido ante el Benfica, el Comité de Apelación de UEFA ha sancionado al club con la prohibición de vender entradas a domicilio en un partido de la Liga de Campeones, condicionado a que no se repitan este tipo de comportamientos durante un año, además de imponerle una multa de 30.000 euros", añadió el Atlético.
La UEFA adoptó esa sanción por los saludos nazis de algunos seguidores rojiblancos en el estadio de La Luz de Lisboa en el último choque disputado por el Atlético en la máxima competición europea.
"El daño que se ha provocado a la imagen del Atlético de Madrid y de su afición, que en su inmensa mayoría ha tenido un comportamiento ejemplar, es difícil de reparar. La gravedad del asunto y la responsabilidad de velar por la imagen de nuestro club ha obligado a la entidad a tomar esta medida mientras se identifica a todos los implicados en dichos incidentes", expresó el Atlético.
La entidad madrileña "es consciente de que esta medida puede resultar injusta para la gran mayoría de aficionados que se han comportado correctamente, pero se ha visto obligado a tomarla de manera excepcional confiando en que ayudará en el proceso de erradicar este tipo de actitudes".