Este lunes a las once de la mañana se han reunido en Parías representantes del Gobierno francés, la Policía de París y la UEFA, con la intención de reconocer y analizar los errores cometidos en las inmediaciones del Estadio de Francia el pasado sábado en la final de la Champions League.
Amélie Oudéa-Castéra, ministra de Deportes, ha culpado a los aficionados del Liverpool, acusándolos del caos que obligó a retrasar el inicio del final de la Liga de Campeones en 35 minutos. Según explicó en la emisora RTL, aficionados del equipo británico llegaban al partido "sin entradas o con entradas falsas", creando grandes acumulaciones de gente alrededor del recinto.
Francia teme que estos hechos recientes puedan afectar a los próximos eventos deportivos internacionales que va a acoger. El 2023 recibirá el Mundial de Rugby, y la organización de los Juegos Olímpicos se celebrará en solo dos años. Para intentar evitar que ocurra de nuevo, las autoridades han puesto como prioridad "identificar de manera muy precisa los fallos con la UEFA, la Federación Francesa de Fútbol, el Estadio de Francia, la prefectura de Policía de París, la del departamento de Seine-Saint-Denis y el ayuntamiento de Saint-Denis".
Violencia policial
La actuación de la policía parisina ha sido muy criticada entre los seguidores del Liverpool. Las autoridades intentaron dispersar a las personas acumuladas en las proximidades del Estadio de Francia, Saint-Denis, utilizando gases lacrimógenos. Oudéa-Castéra defendió estas medidas, asegurando que eran necesarias debido a la presión "excepcional" que podía crear "riesgos para la población". La jornada se saldó con 105 detenidos.
La ministra de Deportes también explicó la decisión final de la policía, que fue levantar la primera zona de filtrado y dejar que los aficionados pudieran pasar a la explanada. Esta era la segunda zona de filtrado, que contaba con torniquetes. Aun así, las personas seguían acumulándose, ya que trataban de acceder con entradas falsas. Las concentraciones en la explanada crearon "problemas de seguridad" y "una espera extraordinariamente frustrante" para la gente.
Acusaciones cruzadas entre Reino Unido y Francia
Oudéa-Castéra se quejó de la decisión de la UEFA de permitir las entradas en papel. Culpó al Liverpool de no permitir el uso exclusivo de la aplicación móvil, que hubiera facilitado la revisión de las entradas, inclasificables e intransferibles. Además, lamentó que el equipo inglés no hubiera controlado a sus aficionados tal y como hizo el Real Madrid, que entre otras cosas preparó la llegada de sus hinchas.
Por su parte, los ingleses han acusado a los franceses de una mala organización, asegurando que muchos de los seguidores del club de futbol esperaron horas para poder entrar. Según han añadido admiradores del Liverpool, algunos accedieron con la primera parte ya iniciada.