La Fiscalía investiga si el ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) de la RFEF recibió pagos del FC Barcelona por asesorar al club mientras ejercía su posición. Según las investigaciones, José María Enríquez Negreira cobró hasta siete millones de euros durante 17 años.
El ministerio público lo enmarca en la posible comisión de un presunto delito de corrupción entre particulares que, de demostrarse, podría tener consecuencias no solo sobre el número dos de los árbitros y los pagadores, también podría tenerlas sobre la competición o sobre el Barça como club.
La investigación por el 'Caso Negreira' podría salpicar la competición deportiva si en un futuro se demostrara que sirvió para amañar algún resultado. La FIFA sí contempla una sanción posible que conlleva hasta la exclusión de la competición europea para el equipo en curso. En España no existe el riesgo de sanción deportiva al haber prescrito, pero sí podría abrirse una causa penal contra el club por esa corrupción entre particulares.
De momento, el que está siendo investigado es el ex vicepresidente del CTA, que cobró entre 2001 y 2018 en torno a unos siete millones de euros en cantidades que iban ascendiendo con el paso del tiempo por lograr la "neutralidad arbitral hacia el Barcelona", según sus propias palabras.
El presidente de la última gestora, Carlos Tusquets, ha declarado que los pagos a Enríquez Negreira no constaban ni en los presupuestos ni en la auditoría del club. Todos los ex presidentes reconocen el pago, pero no la intención fraudulenta de la compra de favores arbitrales.
Tras dejar de cobrar del Barcelona en 2018, cuando ya dejó de ser vicepresidente del CTA, Enríquez Negreira amenazó en un burofax con tirar de la manta y sacar todas las irregularidades de dentro que conocía. De momento, no se tiene constancia de que el Barcelona volviera a pagar tras esas amenazas.