El frío de Fráncfort congeló a un Barça al que se le aparecen los fantasmas cada vez que pisa Alemania. Y es que, en contra de lo habitual, la noticia fue que las catalanas no se dieron un festín de goles, es más, ni tan solo empezaron ganando. Pero al final, la suerte, y el buen fútbol, le sonrieron a la apisonadora azulgrana.
Tres goles en quince minutos dieron la victoria a un Barça que se vio obligado a remontar un marcador adverso, pero que es de esos que cuando cogen carrerilla adelantan por el carril que sea. Pero primero vino el sufrimiento, justo antes del descanso, con el gol de Freigang.
El combinado local aprovechó las pérdidas de balón de su rival para armar peligrosas transiciones, pero el Barça saltó al segundo tiempo con la lección aprendida, y cambió el curso de la historia gracias a una Salma Paralluelo letal y una Mariona de récord, que firmó el segundo y su número cien con la camiseta del Barça, tras un rechace en el área pequeña.
Antes, Paralluelo firmó el empate tras rematar una embarcada por la banda de Ona Batlle, y también fue la protagonista del tercero después de un centro de Graham Hansen que la dejó sola en el punto de penalti, lista para fusilar.