El Barcelona será el rival del Sporting Club de Huelva en la final de la Copa de la Reina de fútbol tras imponerse de manera contundente al Real Madrid (4-0) en un choque donde fueron claras dominadoras.
Afrontaban la cita las azulgranas con una herida abierta, tras caer en la final de la Liga de Campeones; y con ganas de reivindicarse ante un rival aliviado por lograr el pase a la máxima competición europea del próximo curso en la última jornada liguera.
Contextos anímicos diferentes para el sexto cara a cara de la temporada, saldados los cinco anteriores con triunfo de un Barcelona más o menos exigido en cada uno de ellos. Así las cosas, había expectación por saber qué armas pondría sobre la mesa el conjunto blanco para romper la dinámica.
La mejor versión del Barça
Si las tenía claras, no se vieron. No por falta de ganas o demérito suyo sino porque el equipo se vio sometido por un contrario avasallador que le dejó hacer poco o nada desde el arranque y que en apenas unos minutos ya había hecho esforzarse a Misa hasta en dos ocasiones.
A esas acciones les siguieron dos remates a los palos, ambos tras cabezazos a centros laterales de Caldentey y Oshoala. Y al final, casi por inercia, acabó llegando el primero de los goles en un pase atrás de la propia Caldentey que remató Martens.
Pudo incluso ampliar la renta Bonmatí hasta en dos intentos, uno desviado por Misa y otro que se marchó fuera. Mientras, en el área contraria, solo un tiro desviado de Athenea inquietó la meta de Sandra Paños.
La dinámica no cambió tras el descanso con la diferencia de que aumentó el acierto del cuadro catalán. De esta manera, en apenas ocho minutos ya habían anotado dos tantos más. El primero fue de Bonmatí, quien definió con calma tras un mano a mano fallido de Oshoala. El segundo lo transformó Caldentey, adelantándose de cabeza a la salida de un córner.
La cómoda ventaja no provocó que los de Jonatan Giráldez bajaran el ritmo. De hecho Oshoala pudo aumentar la ventaja, pero no logró definir ante la salida de Misa. Sí lo consiguió minutos después, en una situación análoga, para transformar el cuarto y definitivo en el camino hacia su tercera final copera consecutiva.