Una nueva edición de la Champions ha arrancado para el Real Madrid en el camino de la decimoquinta. El nuevo Bernabéu se ha puesto de gala para recibir al Unión Berlín en un encuentro condicionado por las bajas de los blancos que ha llevado a Ancelotti a alinear una defensa muy poco habitual con Lucas y Nacho en los laterales.
Los de Ancelotti han buscado adelantarse en el marcador en base a balones a su hombre faro, Joselu, que por alto lo remataba todo. El primer testarazo se ha encontrado con las manos Ronnow. El segundo se ha marchado algo desviado. Sin Vinicius, el ataque blanco carece de esa chispa y genialidad que Rodrygo ha sido incapaz de aportar en los últimos encuentros.
Sin la vistosidad de otras tardes, en la segunda parte han empezado a llegar ocasiones más claras. En el minuto 50 una doble de Rodrygo. La primera se ha topado con la cara del portero de los alemanes y la segunda con el palo tras un gran remate acrobático. Poco después de nuevo la madera negaba el gol a los blancos tras un cabezazo picado de Joselu que volvía a desviar Ronnow.
A partir del 70 y espoleado por los cambios, el Real Madrid ha comenzado a inclinar el campo claramente. Fede Valverde, muy activo en la derecha, ha empezado a generar situaciones de peligro. En un córner la ha tenido Rudiger pero su frentazo se marchaba alto. Los saques de esquina, hasta ese momento llevaban 11 los de Ancelotti, sembraban el pavor en la zaga de los visitantes. De nuevo el central la tuvo y de nuevo se marchó el balón alto. El Real Madrid ya empezaba a merecer el tanto y en el 80' el técnico italiano ha dado entrada a uno de los que por lo mostrado, seguramente merecía más minutos, Brahim.
La insistencia de Joselu seguía sin premio. Una volea tras un centro de Bellingham lo merecía por lo estético, pero salía rozando el palo. Los blancos han insistido pero no han encontrado claridad en los últimos minutos, pero se ha repetido un guion que ya conocían. Lo mismo que ocurrió contra el Getafe. En el 93' Fede Valverde disparaba desde fuera del área. Tras varios rechaces, Bellingham a puerta vacía anotaba el único tanto del encuentro para certificar el triunfo blanco.