Betis y Valencia han protagonizado una final de infarto en La Cartuja. Las dos aficiones sufrieron de lo lindo, pero solo uno de ellos se pudo llevar el trofeo. Ha sido el caso del Betis en la tanda de penaltis.
El equipo de Pellegrini golpeó primero con un gol tempranero de Borja Iglesias. El delantero gallego aprovechó un centro de Bellerín para firmar un cabezazo fuerte, al centro e impecable ante el que nada pudo hacer Mamardashvili. Solo 11 minutos necesitó el Betis para adelantarse en el marcador, aunque la alegría verdiblanca duró media hora.
El dominio del balón del Betis dio paso a mayor comodidad del Valencia, que cazó el empate en un gran contragolpe en el que Ilaix Moriba dejó un balón perfecto entre líneas para que Hugo Duro superase a Claudio Bravo con un toque sutil.
Tablas y una segunda parte apasionante por delante. Después del descanso, el Betis saltó mejor y volcó el campo sobre Mamardashvili, con una ocasión muy clara de Fekir. Los dos entrenadores dieron refresco al equipo con los primeros cambios: Joaquín entró al campo por Juanmi y Correia, Racic y Bryan Gil hicieron lo propio por Ilaix, Guillamón y Hugo Duro.
Borja Iglesias y Bryan Gil pusieron emoción en los últimos instantes, pero la final marchó directa a la prórroga. El cansancio y los nervios dominaron a los equipos, que tuvieron que realizar cambios para llegar con frescura a los penaltis.
Solo la tanda de penaltis pudo decidir la final de la Copa del Rey, con Miranda marcando el lanzamiento definitivo.