Después de la eliminación de España de la Eurocopa tras caer en los penaltis ante Italia, César Azpilicueta tuvo un gran gesto de compromiso con sus compañeros de Selección. El navarro vive y juega en Londres, y en las gradas de Wembley ayer estaban su mujer y sus tres hijos.
El presidente de la RFEF, Luis Rubiales, y el seleccionador nacional, Luis Enrique, le dijeron que no hacía falta que volviese a Madrid que se quedase en la capital británica que ya estaba su familia, para que disfrutase de lo que le quedase de vacaciones, explica Fernando Burgos.
Pero Azpilicueta se metió en el avión que devolvió a los integrantes del combinado nacional a Madrid, donde llegaron alrededor de las cinco de la madrugada al aeropuerto de Barajas. Apenas unas horas después de aterrizar en la capital española, el latera derecho del Chelsea emprendió el viaje de regreso a Londres. Un gesto que refuerza el valor del grupo y el compromiso que tienen todos con esta selección, además de la importancia de Azpilicueta como uno de uno de los jugadores con más peso del vestuario.
