En medio de la tela de araña planteada por el Getafe y dominado durante un buen tramo del partido, Ante Budimir rescató un punto para Osasuna con un tanto que igualó el de Bertug Yildirim en un choque que acabó en tablas (1-1) y privó a ambos equipos de conseguir dos victorias seguidas.
A Budimir no le hace falta mucho espacio para sacar petróleo; tampoco que su equipo practique buen fútbol o que viva entre la espesura provocada por su rival. El croata, en una décima de segundo y en un solo instante de peligro, es capaz de generar puntos para Osasuna, que se encomendó a su segundo máximo goleador histórico para evitar la derrota en el Coliseum..
Eufórico por su goleada al Barcelona (4-2), Osasuna tuvo que reinventarse por completo para afrontar una de las salidas más complicadas de la temporada. Con tres puntos, podía terminar el sábado en posiciones de Liga de Campeones, pero tenía que romper un maleficio que duraba 16 años, el tiempo que ha pasado desde que consiguió su única victoria histórica en el Coliseum.
Vicente Moreno apenas hizo un cambio. Sacó a Juan Cruz del lateral izquierdo para apostar por Abel Bretones. El Getafe prácticamente imitó al técnico de Osasuna y no movió a ninguna de las piezas que consiguieron su primera victoria del curso frente al Alavés el pasado fin de semana (2-0). Ambos técnicos pensaron que las cosas que funcionan, siempre es mejor no tocarlas.
Pero el Getafe no es el Barcelona. No deja espacios y pese a su situación en la zona baja de la clasificación es uno de los equipos más solventes en defensa. Antes del choque, apenas sumaba seis tantos en contra, los mismos que el Real Madrid y sólo peor que el Atlético, que acumula cuatro. A falta de un fondo de armario amplio en ataque como el que tenía la temporada pasada, Bordalás ha apostado por hacerse fuerte atrás.
El técnico azulón anda en la constante búsqueda de fórmulas para conseguir un equipo solvente con el que competir y Osasuna tuvo la mala suerte de encontrarse a un equipo que después de nueve jornadas y muchas dudas parece que ya ha dado con la tecla. Poco a poco ha igualado su eficiencia en defensa con una mejoría en ataque y el conjunto navarro sufrió muchísimo.
De hecho, en la primera parte nunca inquietó la portería defendida por David Soria. Sólo Bryan Zaragoza, un jugador diferencial, hizo de las suyas, aunque desequilibró muy lejos del área, sin peligro para el Getafe pese a sus dificultades para frenar a un extremo de juego callejero y cuyas intentonas siempre merecen el aplauso dentro un fútbol moderno en exceso encorsetado.
El Getafe, bien armado atrás, fue comiendo terreno a su rival hasta hacerse totalmente con las riendas del juego pasado el cuarto de hora. Y pese a que no gozaba de ocasiones, apenas necesitó una para acabar con la igualdad en el marcador. La protagonizaron Álex Sola y Bertug Yildirim, que conectaron para firmar el primer gol de jugada del curso para el equipo de Bordalás después de cinco celebraciones a balón parado.
El primero, con una buena internada por la banda izquierda, puso un buen centro al delantero otomano, que ganó la posición a Enzo Boyomo para estrenarse con su nueva camiseta gracias a un gran cabezazo. Su remate fue suficiente para el equipo de Bordalás, que se marchó al descanso con un tanto que era oro puro para acercarse hacia su segunda victoria.
Batir al Getafe cuando va por delante en el marcador es todo un milagro. Si en igualdad de condiciones se hace fuerte, con el rival necesitado suele se implacable. Y, además, salió del vestuario muy intenso para acabar cuanto antes con la incertidumbre en el marcador. Pudo hacerlo con una ocasión de Álex Sola, que remató contra el cuerpo de Sergio Herrera un disparo desde dentro del área a la salida de un córner.
Y entonces, cuando peor estaba Osasuna, apareció Ante Budimir para sacar petróleo de la nada. El delantero croata aprovechó una de los pocos resquicios defensivos que dejó el Getafe y con un zurdazo milimétrico desde dentro devolvió el choque a su punto de partida cuando todavía quedaba media hora por delante.
En ella, los cambios beneficiaron a Osasuna. Borja Mayoral, que apareció tras el descanso, consiguió intimidar al equipo de Vicente Moreno hasta la aparición de Budimir. El tanto del croata y la entrada en el campo de Moncayola y Raúl García, dio la vuelta a la tortilla y el Getafe dio un paso hacia atrás y tuvo que apretar los dientes para aguantar el empate.
La realidad es que Bretones, con un pelotazo al aire sin sentido, fue el único que pudo desnivelar la balanza. Desde muy lejos, despejó la pelota hacia arriba y obligó a Soria a emplearse fuerte para sacar una mano salvadora. Ahí murió la posible remontada de Osasuna, que se quedó sin el premio de la Liga de Campeones pero que sobrevivió al Coliseum gracias a una acción casi aislada de su hombre gol: Ante Budimir.