El portero español Iker Casillas formará parte del cuerpo técnico del Oporto, con el propósito de convertirse en "la conexión entre el equipo y el club", mientras sigue recuperándose del infarto agudo de miocardio que sufrió en mayo y que le obligó a permanecer ingresado durante varios días.
"Voy a hacer algo diferente de lo que solía hacer, que era estar en el campo. Intentaré hacer la conexión entre el equipo y el club. El entrenador me habló la temporada pasada cuando tuve mi problema y me dijo que quería que me quedara con ellos, cerca de los jugadores, cerca de los jugadores más jóvenes, porque habría muchos cambios. Trataré de hacer lo mejor para ayudar a mis compañeros", explicó Casillas en los medios oficiales del Oporto.
En este sentido, el guardameta señaló que intentará ayudar a que su equipo haga una pretemporada "lo mejor posible". "Ya llevamos varias semanas de trabajo, pero todavía faltan un par de semanas para los primeros partidos oficiales. Espero que todos podamos tener una gran temporada juntos para que podamos ganar la Liga, las Copas y hacerlo lo mejor posible en Europa", deseó.
Casillas, de 38 años, sufrió un infarto el pasado 1 de mayo durante un entrenamiento del equipo portugués y fue trasladado al Hospital CUF Porto, donde permaneció ingresado durante seis días hasta que recibió el alta médica.
Tras abandonar el centro hospitalario, Casillas reconoció que su futuro profesional era una incógnita después de "un reposo de un par de semanas o incluso de un par de meses", una duración que le daba "igual" porque "lo más importante es estar aquí", según dijo entonces.
Desde entonces, el guardameta, que poco antes de sufrir el infarto había firmado su renovación con el Oporto por un año más otro opcional, ha desmentido informaciones de la prensa portuguesa que daban por segura su retirada y ha dejado clara su intención de continuar en activo. Tras el anuncio de este lunes, se mantiene la incógnita de si volverá a jugar al fútbol profesionalmente.