"Significa mucho para mí, es un gran honor y una gran responsabilidad", aseguró Ceferin nada más ser reelegido para llevar las riendas de la UEFA, cargo que ocupa desde el 14 de septiembre de 2016, y en el que encara su tercer periodo con la defensa del fútbol europeo, la unidad, la solidaridad y el mérito deportivo como bandera.
Afirmaciones como que "la Superliga es fruto de la avaricia, el egoísmo y el narcisismo de algunos", o que sus defensores "se creen que son grandes e intocables, pero si hoy son gigantes es gracias en parte a la UEFA que durante 60 años ha protegido el ideal de las competiciones, se basan en el mérito deportivo" han sido una constante.
Recientemente, sobre el 'caso Negreira' de posible corrupción, Ceferin manifestó que considera que la situación del FC Barcelona es "excepcionalmente grave".
Ceferin, el martirio de la Superliga
"En unos pocos meses, la llamada Superliga se ha convertido en un personaje de Caperucita Roja, un lobo disfrazado de abuela, listo para devorarte", aseguró el esloveno Aleksander Ceferin en su discurso inicial en el Congreso de la UEFA, que se celebra en Lisboa y en el que será reelegido como presidente.
"¿A quién engañan? A nadie, son cárteles por encima de los méritos y democracia. Es el dinero por encima de los trofeos", expresó el máximo dirigente del fútbol europeo, quien insistió en que las ligas domésticas son las que deben ser la base del fútbol y enumeró éxitos de países y clubes representantes de pequeñas ciudades en los últimos tiempos, como las selecciones de Islandia, Dinamarca, Villarreal o Sheriff Tiraspol.