El Bayern llega al partido de vuelta contra el Arsenal justo después de que se haya hecho oficial el fin de una serie de once títulos de la Bundesliga con el triunfo del Bayer Leverkusen que deja al equipo bávaro con la Liga de Campeones como último camino para tratar de salvar la temporada.
Los dirigidos por Thomas Tuchel llegan con tres bajas importantes. Alphonso Davies no estará por acumulación de amarillas; mientras que Serge Gnabry y Kingsley Coman siguen lesionados. En el último partido de la Bundesliga ante el Colonia Tuchel probó con Noussir Mazraoui como lateral izquierdo para relevar a Davies. Otra posibilidad sería recurrir a Raphael Guerreiro.
Las lesiones de Coman y Gnabry apuntan a un regreso de Thomas Müller al once titular, aunque Tuchel tendría otras variantes posibles como Erich Maxim Choupo Moting o incluso Bryan Zaragoza, pero sería una sorpresa que recibiera el protagonismo que no ha tenido hasta ahora justo en el partido más importante de la temporada. Guerreiro también podría ser una variante en la parte ofensiva lo que permitiría que Jamal Musiala mantuviera su posición en la media punta sin tener que desplazarse a una de las bandas.
La ida en Londres, que se saldó con un 2-2, le dejó un buen sabor de boca al conjunto alemán, que había llegado a ese partido en horas muy bajas. Sin embargo, la victoria, que hubiera sido posible, se escapó y ahora los bávaros necesitan una victoria en casa para acceder a la semifinal. En casa el Bayern suele mostrarse fiable en la Liga de Campeones y confía en ello y en que la importancia del partido dé una motivación adicional a los jugadores.
Por otro lado, el favoritismo del Arsenal en la eliminatoria se diluyó en el primer partido. Suerte tuvieron los 'Gunners' de dejar en empate el encuentro, después de que el árbitro, con 1-2 en el marcador, no quisiera ver un penalti por mano de Gabriel, pero ahora esa fortuna desaparece cuando su inexperiencia en la competición tenga que hacer frente al seis veces campeón en Múnich.
Puede ser una semana trágica para los de Mikel Arteta, después de que se estrellaran contra el Aston Villa en la Premier League y el Manchester City se haya alejado a dos puntos. Perder los dos únicos títulos por los que lucha en un espacio de cinco días es una posibilidad y para evitarlo hace falta la que sería su mejor victoria europea en quince años. No acceden a semifinales desde la temporada 2008-2009, cuando les eliminó en esa ronda el Manchester United, con un cañonazo a balón parado de Cristiano Ronaldo.
Para desactivar los errores de la ida es prioritario recuperar la solidez de sus dos centrales, Gabriel y William Saliba, culpables cada uno de un error que facilitó los goles del Bayern en Londres. Si el Arsenal es mejor que el Bayern en algún aspecto es en el defensivo, pero Harry Kane, autor de quince goles en su carrera contra los londinenses, pudo con ellos. A nivel ofensivo, Bukayo Saka debe dar un paso adelante, visto el gris momento de cara a gol que viven Gabriel Jesús, un gol en 2024, y Gabriel Martinelli, dos goles desde enero.
El Allianz es terreno hostil para el Arsenal y solo ha ganado uno de sus seis últimos partidos ahí, quizás el menos importante, en 2013, porque el 0-2 no les sirvió para avanzar a cuartos de final debido al 1-3 de la ida. Si Arteta no se saca un conejo de la chistera y sus jóvenes pupilos vencen su inexperiencia y la presión de uno de los campos más difíciles de Europa, esta será otra decepción europea, la enésima, del Arsenal.